Capítulo 11

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Un muy nervioso Kagami se encontraba caminando junto a su esposo e hija. Este era el día en el cual dejarían a su hija partir. Al llegar al lugar los tres se detuvieron frente a la puerta, indecisos si dejar que la pequeña entrara o llevársela lejos de este horrible lugar en el cual ellos dos no la podrían cuidar. Taiga estaba conteniendo las lagrimas al igual que Daiki, el cual se encontraba tomando la mano de su hija no queriendo dejarla ir.

- ¿Estas segura de que quieres entrar? Puede pasarte algo, un niño te puede pegar o los maestros te pueden hablar feo –hablo de manera nerviosa mientras dirigía nuevamente la vista a la entrada.

- Mami, ya tengo edad suficiente para entrar a la escuela –hablo de manera calmada, dándole un beso al pelirrojo en la mejilla para después hacer lo mismo con el moreno.

- Si ocurre algo no dudes en llamarnos, estaremos aquí en menos de lo que te imaginas –aseguro un moreno con voz ronca por estar conteniendo las lagrimas. No quería dejar ir a su princesa, esta debía de estar junto a ellos todo el tiempo para poder cuidarla de cualquier persona que se le quisiera acercar. En especial de los chicos los cuales eran unos malditos rompe corazones. El lo sabia más que nadie, pues en algún momento casi rompe el frágil corazón de su amado tigre y eso no se lo hubiera perdonado, no importaba la circunstancia, el no dejaría que alguien tocara a su familia.

- Lo sé, papi. Nos vemos más tarde –Y con esas ultimas palabras la niña se fue corriendo a la escuela, entrando con la mirada en alto, enorgulleciendo a sus padres, los cuales estaban analizando el terreno, dispuestos a saltar a atacar a alguien si lastimaban a su bebé.

- Vámonos, Taiga –el moreno toma la mano de su esposo y empieza a caminar hacia el departamento.

- ¿Estará bien? –pregunta su chico mientras se limpia unas lagrimas que estaban en sus ojos.

- Claro que si, ella es hija tuya y mía, deberíamos preocuparnos más por sus compañeros y maestros –esa broma hizo que su tigre se tranquilizara. Asintiendo dándole la razón, porque sabia que la tenia.

Cuando llegaron al departamento suspiraron y se dirigieron a su cuarto, pues por primera vez en mucho tiempo (semanas) podían estar solos haciendo lo que quisieran.

Dos padres y un bebéWhere stories live. Discover now