Confidencias (la profecía)

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Era un sábado de junio, tras la hora de la cena. Severus Snape y Albus Dumbledore estaban tomando algo en un bar de Hogsmeade. Se hallaban en una sala reservada para poder hablar de temas confidenciales sin que los oyesen. Severus era callado por naturaleza, pero esa noche, Dumbledore lo notó aun más taciturno que de costumbre.

-Severus, ¿qué te pasa? -inquirió Dumbledore.

-Señor director -respondió el profesor-, si Harry se hubiese tomado en serio la oclumancia, nada de esto habría ocurrido. ¡Se ha puesto en peligro a sí mismo! ¡Ha salido vivo de milagro! ¡Y ha puesto en peligro a los mocosos de sus amigos y a los miembros de la Orden!

Hacía pocos días, Voldemort había introducido una visión a modo de trampa en la mente de Harry, para atraerlo al Departamento de Misterios. En la visión, Harry había contemplado a Voldemort en ese departamento, torturando a Lily y a Sarah. Pero ellas, en realidad, se hallaban tranquilamente en Francia.

Harry, gracias a la idea de Hermione, había introducido una nota de alerta bajo la puerta del despacho de Severus, contándole la visión (el profesor de Pociones era el único miembro de la Orden del Fénix que se encontraba en el colegio en aquel momento). Y Severus había usado el pergamino mágico para comunicarse con Lily y comprobar que ella y Sarah estaban bien. Pero Harry ya se había marchado con un grupo de amigos camino de Londres. Así que lo único que pudo hacer Severus fue avisar a la Orden.

En el Departamento de Misterios tuvo lugar un combate entre los mortífagos y los amigos de Harry, unidos a los miembros de la Orden. Y en esa lucha, Sirius Black, el padrino de Harry, acabó muerto.

-Es cierto, Severus -concedió Dumbledore-. Si Harry hubiera podido cerrar su mente, nada de eso habría ocurrido. Sin embargo, prefiero que nos centremos en lo positivo: la profecía se ha roto y Voldemort no ha podido hacerse con ella. Y en eso le llevamos ventaja -guiñó un ojo-. Porque guardo una copia y sé lo que dice. Además, ahora que Cornelius ha visto a Voldemort con sus propios ojos en el Ministerio, por fin admite que ha vuelto.

Severus dio un trago y se interesó:

-¿Qué es lo que dice la profecía?

Dumbledore arqueó una ceja.

-No irás corriendo a contárselo a Voldemort esta vez, ¿no? -inquirió.

-¡Por favor, Dumbledore! -se indignó Severus-. ¡Si de la otra vez hubiera sabido que se refería a Harry...!

-Vale, tranquilo. Solo era una broma.

Dumbledore dio un trago y acto seguido explicó:

-Lo que dice, básicamente, es que uno debe morir a manos del otro. Ninguno de los dos podrá vivir mientras el otro siga con vida.

Severus dio un trago largo. Era lo que siempre había supuesto. O Voldemort o Harry. Era irónico que él, que en su adolescencia se había sentido atraído por las ideas del Señor Tenebroso, hubiera engendrado al niño capaz de derrotarlo.

Severus y Albus se quedaron un rato en silencio, hasta que el último comentó:

-No logras conectar bien con Harry, ¿verdad?

El profesor de Pociones le dirigió una mirada de sorpresa. Le extrañaba que el director tocase ese tema.

-Tiene razón -admitió-. Harry se cree que James Potter es su padre y lo toma como referente.

Dumbledore asintió con la cabeza y opinó:

-Sarah ha crecido con la figura materna de Lily. Y luego, al llegar a Hogwarts, desde que castigaste a las abusonas que la molestaban cuando iba en primero, tú has comenzado a ser su referente masculino.

-¿Usted cree? -se sorprendió Severus.

-Sí, eso es lo que creo. De James Potter no se acuerda, así que... seguramente hayas sido el primer hombre del que ella tenga constancia que la ha protegido. Aparte de su hermano.

-Visto así, puede ser.

-Pero en cambio, Harry ha buscado un modelo masculino en James Potter, seguramente desde muy niño -observó Dumbledore-. Ha tratado de imitarlo. Por ejemplo, jugando al quidditch.

-Sí -respondió Severus-. Pues que lo idealice y que trate de imitarlo me desquicia. Su padre soy YO. Y no poder decirle nada es frustrante.

-Tranquilo -dijo Dumbledore-. A su debido tiempo lo sabrá; y agradecerá lo que haces por él.

Severus esperaba que así fuera. Y Albus cambió de tema.

-Mañana vas a Francia, ¿no es así? -inquirió.

-Sí -contestó Severus-. Director... la última vez, Lily me dijo que quería ver a Harry. Y sé que Sarah también lo echa de menos. Llevan un año sin verlo.

Dumbledore bebió para no contestar enseguida. Y finalmente respondió:

-Lo tendré en cuenta, aunque es complicado. Es peligroso.

-Lo sé...

Severus esperó a que Albus terminase de beber. Y luego le dijo:

-¿Nos vamos? Mañana quiero madrugar.

-Sí -coincidió el director-. Ya va siendo hora. Nos vamos.

Mientras Severus y Albus salían de aquel bar, Harry se hallaba en la Sala Común de Gryffindor, sentado en un sillón. Apretaba con fuerza un cojín entre las manos, inconscientemente. Ron y Hermione estaban a su lado.

-Tranquilo, Harry -dijo Hermione-. ¿Y qué si Cho ya se ha echado novio? Eras demasiado bueno para ella. No te preocupes, estás mejor sin ella.

-Eso, amigo -coincidió Ron-. Anímate, en vacaciones ligaremos con unas mucho más guapas que Cho -bromeó.

-¡¡Cállate, Ron!! -exclamó Hermione, que de repente parecía muy enfadada-. ¡¿Qué prisa tendrá de ligar?!

Harry sonrió, aunque seguía triste.

-Todo irá bien -aseguró Hermione, y lo besó en la mejilla. 

La elección de Severus: Entre luz y oscuridadWhere stories live. Discover now