Tiempo Hechizado

Misión: La batalla de Little Hangleton

Capítulo 8: Misión: La batalla de Little Hangleton.

"Juntos, todo es mejor." Amo esa frase. Otra que también me gusta es "Cualquier poder, si no se basa en la Unión, es débil". Se preguntarán a qué vienen estas frases, bueno, solo me gusta recalcar que la Unión hace a los fuertes y la individualidad es la unidad más pequeña.

Dos personas hacen a una tercera y ésta, junto a otra, una más. La vida no está hecha para la soledad, todo se basa en conjuntos, y la fuerza que ellos ejercen.

Es cuando el pueblo se levanta que derrotan a su opresor.

Ya lo dijo Dumbledore "somos tan fuertes cuando estamos Unidos, como débiles cuando estamos divididos". Recuerden esto y, simplemente, todo irá mejor.

El ambiente en la sede oficial de los Hogwartianos no era el mejor, todos estaban tensos, preocupados y ansiosos. Hacía dos semanas que Xenophilius se encontraba en la búsqueda de la diadema y a pesar de pasarse los días enteros dentro de la Sala de los Menesteres, no había habido señales del tercer Horrocrux, lo que los desesperaba.

Debido a la repentina inactividad referente a los Horrocrux, Andrómeda y Regulus habían insistido en usar el poder que Bellatrix les había entregado e ir en la búsqueda del Horrocrux que ocultaban allí. Pero con Narcissa en la casa de seguridad, junto a Lily y Alice, y sabiendo que el que Drómeda o Sirius aparecieran con un poder que les permitía entrar a la bóveda Lestrange, firmado por una desaparecida Bellatrix, que varias veces había demostrado odiar a los traidores de su familia, iba a llamar mucho la atención, solo el menor de los Black tenía posibilidades de cumplir con esa misión, y eso era algo a lo que Sirius le temía demasiado.

-¡No volveré a discutir esto contigo!-Gritó el mayor de los hermanos Black entrando a la sala donde sus amigos revisaban el pergamino de Remus; detrás de él, Regulus lo seguía rodando los ojos.

-Por favor Sirius, deja de ser tan negador. No tenemos otro plan y no me quedaré de brazos cruzados esperando a que Lovegood encuentre la diadema o a que Severus desentierre el anillo, no mientras la gente esta sufriendo los horrores de Voldemort.- Rezongó Regulus deteniéndose al ver que su hermano se giraba hacia él.

-¿Crees que a mi me gusta esperar?-Preguntó con cansancio.- Regulus, odio estar sin hacer nada. Odio saber que puedo hacer algo y no poder hacerlo. Es por eso que no quiero que vayas tú. El destino juega de manera misteriosa y ya hemos hecho muchos cambios en él. Tengo miedo de haberte salvado de una muerte y entregarte en bandeja de plata a otra.-Explicó mirándolo con los ojos llenos de tristeza.- Gringotts es un lugar peligroso, y no te imaginas lo que es la bóveda de los Lestrange. No puedo arriesgarte.-

-Sirius.-Susurró su hermano conmovido, acercándose a él para abrazarlo con fuerza. –Entiendo tu miedo, pero no puedes encerrarme en una burbuja para que nada me pase. Debo hacer algo para ayudar.-

-Lo sé. Y por eso iré a ayudar a Snape, tú podrías ir a Hogwarts y ayudar a Xenophilius. Tal vez, entre dos, podamos encontrar más rápido los Horrocruxes. Luego nos encargaremos de la copa.-Aseguró con una leve sonrisa. Regulus asintió y se giró hacia James y Remus.

-¿No hay problema con este plan?-Cuestionó mirándolos fijamente.

-En realidad, estábamos pensando lo mismo. Son los dos Horrocruxes más difíciles de encontrar y esto está muy lento. Ya casi estamos en marzo.-Susurró James mirando a Sirius fijamente, quien comprendió su preocupación.