Tiempo Hechizado

Agosto 1988

Capitulo 41: Agosto 1988.

Los años habían pasado tan rápido para todos que no podían creer que ya hubieran pasado ocho años desde la batalla de Hogwarts. Había días en los que despertaban creyendo que todo había sido un sueño y corrían a las habitaciones de sus hijos para asegurarse de que estuvieran a salvo.

Existían fechas en las que ni siquiera se querían levantar de la cama, como los 2 de mayo, o el último día del año, pero eran los más pequeños los que lograban sacarlos de sus habitaciones y llenaban los aniversarios tristes en días de alegría.

Sobretodo la pequeña Ágata, quien era la luz de la familia Black. Con sus tres años hablaba sin parar y reía por todas las tonterías que sus tíos hacían por escuchar su tintineante carcajada.

Y era por eso que se aferraban a cada buen momento que pasaban con los pequeños, sobretodo los veranos en los que podían estar todos juntos gracias a las vacaciones de Hogwarts.

Este era uno de esos días, faltaban cuatro días para el final de las vacaciones y se habían reunido en la Madriguera para disfrutar de la piscina y festejar que Audrey comenzaría el colegio, quien estaba tan entusiasmada que no dejaba de repetir una y otra vez "Voy a ir a Hogwarts".

-Vamos Gin, más alto.- Gritó Bill, de diecisiete años, viendo a su hermana volar en la escoba que había recibo para su cumpleaños. Había terminado el colegio y en dos meses se iría a trabajar a Egipto, por lo que le había prometido a su hermanita que antes de irse le enseñaría todos sus trucos, los mismos que le había enseñado a Charlie, que le habían hecho ganar el puesto de buscador hacía dos años.

-Ginny ¿Enserio quieres hacer esa vuelta?-Charlie se veía preocupado por su hermanita, lo que hizo que era rodara los ojos, solo tenía siete años pero no era tonta y no se caería de la escoba.

-¿Subo más?-Fue su respuesta elevándose un par de metros, Bill rió fuertemente, girándose hacia su hermano con las cejas alzadas.

-Ella sabe cuidarse sola.- Aseguró inclinándose hacia adelante para mostrarle a la pelirroja cuál era el movimiento que debía hacer. Ginny no tardó mucho en imitarlo y hacerlo a la perfección.-¡Esa es mi hermanita!-Exclamó orgulloso, acercándose a ella para chocar los cinco.

-¿Qué les parece un partido?-Gritó Harry desde el piso, con su escoba en la mano y una Quaffle en la otra. Los tres Weasley sonrieron entusiasmados y bajaron rápidamente hasta él.

-Arma tu equipo Potter. Los Weasley contra los tuyos.-Dijo Ginny con una mirada desafiante. Harry sonrió y se giró hacia la piscina, haciendo una seña con la mano. En menos de dos segundos, Draco, Sam, Knut, Neville, Lizzie y Audrey estaban junto a él con sus escobas en las manos y sus trajes de baño empapados. Bill rodó los ojos y sacó su varita del bolsillo, secándolos con rapidez.

-Percy, Ron, Fred, George.-Los llamo Charlie y no tuvo que esperar mucho cuando sus hermanos estuvieron flanqueándolos listos para jugar.

-¿Quién será el ár...?-Las palabras de Ginny quedaron en el aire al ver a Hermione aparecer con un silbato y una visera.- Me parece gusto, no hay nadie mejor que Mione para hacer de árbitro.- Sonriendo, chocó los cinco con la castaña y se volvió a subir a la escoba.

-Harry y Charlie serán los buscadores.- Dijo Hermione abriendo la caja de Quidditch de la familia.- Bill y Draco los guardianes.-Ambos se lanzaron una mirada que dejaba en claro que éste no sería un juego muy amistoso que digamos.- Quiero un juego justo, nada fuera de las normas porque llamaré a tía Lily y tía Molly y los bajarán de las escobas más rápido de lo que diga Quidditch.-No fue necesario decir más para que un escalofrío recorriera los cuerpos de ambos equipos. Las dos pelirrojas eran las más temidas de todas las madres y ninguno se atrevía a hacerlas enojar. -¿Listos?- Preguntó mirándolos fijamente mientras Harry le entregaba la Quaffle para subirse a su escoba. Una vez todos en el aire, la lanzó para arriba y se apresuró a liberar Bludgers y la Snitch. El partido comenzó y todos los adultos salieron a animar a sus hijos, mientras los más chicos chillaban y gritaban por su equipo favorito.