Capítulo 38

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Edward Royal

Los meses pasaron, jamás había sido tan feliz. Estaba casado con una mujer perfecta, la mujer de mi vida. Teníamos una familia hermosa.

Hoy era un día muy especial, justo hoy nacería nuestro bebé, y también era el cumpleaños de mi padre. Nos tomó por sorpresa el hecho de que las fechas coincidieran, el hijo o hija del príncipe heredero nacería el día en que nació el difunto rey y abuelo del bebé.

Por tradición no sabremos el sexo del bebé hasta que nazca. Cabe destacar que mi madre pensaba que yo era niña, genial.

-¿Necesitas algo? –Me asesinó con la mirada.

-Si vuelves a preguntar eso, juro por Dios que no te dejaré entrar a la habitación conmigo.

-Lo siento.

Sofía ha estado algo... Delicada, por las contracciones.

-¿Quién lo diría? –Habló Alex mientras conducía. –Sofía es el hombre de la relación. -Rió

-Te golpearé a ti también si no te callassss –Se quejó de dolor. La sonrisa de Alex desapareció inmediatamente.

Al llegar al hospital, unas enfermeras ya nos esperaban en la entrada.

-Bienvenidos majestades. –Saludaron.

-¡Dioooossssss sáquenme a éste bebé ya! –Sonreí. A pesar de su mal humor se veía hermosa.

-Sáquenle a la niña. –Susurró Alex burlón mientras bajaba el equipaje de Sofía del auto.

-Niño. –Lo miré.

-Niña. –Me arrojó el equipaje dejándome sin aire.

-Niño. Eres mi guardaespaldas, no te sobrepases. –Lo señalé y el sonrió ampliamente.

-Bueno, si me despides puedo añadir a mi currículum: "Ex guarda espalda personal del príncipe Edward de Inglaterra Y mejor amigo, pero me despidió por decir que tendría niña."

-Alex empiezo a pensar que estás tan nervioso como yo y por eso dices estupideces.

-¿Yo nervioso?, más bien me divierte verte tan pálido... -Iba a continuar pero un grito de Sofía en el interior del hospital nos hizo entrar corriendo.

-¡¡EDWARD Y ALEX MUEVAN SUS MALDITOS CULOS!!

-La doña llama –Susurramos entre risas mientras la alcanzábamos.

Sofía fue llevada en silla de ruedas hasta la habitación presidencial, era gigante.

Unas enfermeras la desvistieron y le pusieron una linda batita rosa, ¿Qué me sucede? Ahora todo me parece lindo y tierno.

-Disculpe –Llamé a una enfermera. -¿No tendrá una bata azul? Es que sé que será niño. –Sonreí como niño pequeño a lo que la enfermera respondió con: Doña Sofía pidió la rosada.

Traidora. Pensé.

-¡Dios mío duele más de lo que pensé! –Besé su frente.

-Calma amor. Ya nacerá.

-No tendré más hijos Edward Royal –Susurró apretando las sábanas.

-Ni tú te lo crees. Tendremos diez y ya.

-¡¿QUÉ?! –Me miró con los ojos bien abiertos. Solté una sonora carcajada.

-Es broma mi amor, tal vez cuatro más. Quiero una familia grande.

El PríncipeWhere stories live. Discover now