"Yoon Jeonghan era un oficial encubierto para terminar con el reinado de mafia que era liderado por "Joshua Hong". Al paso del tiempo el chico se va enamorando del mayor dejando atrás la misión.. Tras un accidente automovilístico en el cual perdió a...
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Su cuerpo iba de atrás hacia adelante, su mirada estaba perdida, y una intensa risa se apoderaba de la habitación; sus dedos jugaban con el anillo entre ellos. El molesto ruido del reloj lo estaba hartando.
— Llegó la hora feliz, Jeonghannie~ —Canturreó un guardia, llevando consigo un vaso de jugo de naranja y aproximadamente cinco frascos de medicamentos, sus ojos no dejaban de ver un punto no exacto.
El hombre que ahora lo cuidaba era de origen extranjero, seguramente americano, otro chico que no sabía la verdad sobre él, mientras trataba de matarlo lentamente. Solamente hizo lo de siempre, abrió la boca, puso las pastillas debajo de su lengua y pasó el jugo, esperando a que saliera el chico para esculpir el medicamento en una de las plantas de la habitación.
Do había tardado en llegar, siempre lo hacía antes que llegara el extranjero, pero hoy no era así.
Do entró al edificio casualmente, mientras consigo llevaba una mochila. Hace ya una semana que trataba de remediar lo que había hecho aquella noche en la que le dispararon a la personalidad contraria. El mismo le había pedido el anillo, argumentando que sólo así podía salir de ahí, porque eran inocentes. Médicamente, este caso de personalidades múltiples era todo un enigma, y tenía que tratar de hacerlo volver en una misma forma, porque por y para eso se le había dicho que trabajara en situaciones como estas.
Siguiendo por el pasillo, se encontró a Minkhyun, uno de los guardias más cercanos a Ellie, el capitán a cargo de la seguridad y resguardo del edificio. El chico parecía estarlo vigilando desde días anteriores, justamente después de sacar el anillo de la oficina de evidencias.
— ¿A dónde vas? —Le preguntó, interponiéndose en su camino.
— ¿No es obvio? A cuidar a mi paciente —Do estaba tranquilo, mientras que el mayor lo miraba directo a los ojos, intentando intimidarlo.
— ¿Qué hay de la mochila? No llegaste con ella en el primer día.
— No es de tu incumbencia, son sólo cosas personales y de trabajo.
— Escucha mocoso, yo sé que tú tienes algo con Jeonghan, ¿Qué son? ¿Novios?
— ¿Te importa? —El chico comenzó a caminar nuevamente, empujando al mayor con su hombro y caminando rápido hasta la habitación.
— Lo descubriré... —Gruñó con enojo.
(...)
Una vez adentro, dejó la mochila a un lado de la entrada, caminando hasta donde Jeonghan. Él estaba sentado en la mecedora del balcón, sus manos en su vientre y el cabello volando por el aire aún frío. Sabía lo que él sentía; eso le recordaba a cuando tenía diecinueve, justo cuando su novia había perdido a su primer bebé, teniendo la misma reacción que Hannie. Ambos estaban en la misma situación y por eso quería ayudar a sanar aquella personalidad dañada.
