El final

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- Naruto-sama – susurró sorprendida la ama de llaves con los ojos ligeramente aguados, el doncel a quién servía se veía hermoso, Naruto le regaló una sonrisa a Mirian agradeciendo silenciosamente a la cándida señora quién con su gesto le alagaba – lo siento señor Naruto pero con la edad me vuelvo más sensible – Mirian se secó ligeramente las lágrimas con un pañuelo de un pulcro blanco que saco de su delantal, sin darse cuenta sus ojos se habían aguado

- ¡no te preocupes dattebayo! – la animó Naruto con una alegre sonrisa regalándole un abrazo a la mujer – yo también estoy nervioso – agregó el rubio al separarse, Miriam le dio otra mirada rápida a Naruto, desde el pelo rubio peinado ligeramente con un broche de color azul, bajó hasta el rostro del doncel maquillado muy naturalmente resaltando las facciones delicadas y los enormes ojos azules, Miriam también miró el kimono que vestía, era largo y hermoso hecho de las mejores telas con un costo inimaginable e inalcanzable para cualquier multimillonario, los colores negro y azules en degradado le daban un aspecto elegante, el obi de color amarillo a cuadros naranja hacian contraste, aquellos colores del obi parecían su marca personal, tenía un bonito lazo azul sobre el obi en cuyo centro tenía un broche con la característica nube roja de akatsuki la cual tenía los bordes dorados en vez de blanco lo  que simbolizaba que pertenecía a los altos mandos de la organización , el kimono tenia mangas muy anchas que terminaban en encaje al igual que el final de la falda la cual llegaba al suelo arrastrándose ligeramente, no dejaba ver los pies del rubio pero este llevaba los tradicionales calcetines japoneses zori con las sandalias típicas que se usaban en aquellas fiestas elegantes, Mirian a pesar de no estar tan familiarizada con la estética japonesa le parecía que Naruto se veía más elegante y hermoso que cualquier otro doncel o mujer con vestidos occidentales

- bueno Naruto-sama con su permiso me retiro – avisó Mirian haciendo una reverencia, cruzó toda la habitación de Eiji, se encontraban en dicha habitación para evitar encuentros, nadie podía ver al esposo del jefe de la mafia hasta que fuera el momento, escogieron tal sitio para esconderse porque nadie entraba ahí sin permiso, le temían al pequeño Eiji y a su muy volátil temperamento, giró dando una última mirada al esposo de su jefe quién se había sentado en una silla para evitar cansarse, el kimono era pesado y debía reservar energías para la larga noche, Mirian volvió a observarle maravillada, era un hermoso cuadro digno de ser admirado una y mil veces, Naruto se hallaba sentado en una elegante silla blanca rodeado de espejos, una postura perfecta, la frente en alto, los ojos cerrados de los cuales se podían detallar las largas pestañas del doncel, las manos perfectamente acomodadas en el regazo mientras la falda del kimono caía en ondas al suelo, la ama de llaves entristeció, en serio le hubiera gustado pintar tal escena

Al irse Miriam el doncel quedó solo, no pudo evitar mirar su rostro en el enorme espejo, con cuidado llevó su mano a su mejilla con curiosidad infantil, ¿aquella seria la máscara que utilizaría frente al mundo de su marido? Una macara de solemnidad y superioridad, un disfraz de algo que no era ni pensó ser, su ideal de justicia estaba demasiado alejado del de Sasuke entonces ¿Por qué lo apoyaba?, en su cándido rostro se dibujó una sonrisa sarcástica, él, que en un pasado quería convertirse en el Hokage de Konoha para preservar la paz, la felicidad y la justicia convirtiéndose en jefe de la más grande y poderosa organización mafiosa del mundo, suspiró, después de todo al amor le gustaba jugar ese tipo de travesuras

- Sasuke… - murmuró sorprendido Suigetsu al ver a Eiji, era el vivo rostro de Sasuke Uchiha y cada día sus semblantes eran más idénticos, Eiji giró creyendo que su padre estaba detrás de él pero no era así, volvió a mirar a Suigetsu con una mirada fría

- mi padre está haciendo los últimos preparativos – puntualizó Eiji mientras Suigetsu tenía una risa nerviosa en el rostro, si el niño se enteraba que lo estaba comparando con Sasuke no viviría para contarlo – pronto llegarán los invitados – finalizó Eiji, le arrojó una mirada llena de frialdad al peliblanco antes de retirarse de la habitación

aunque tenga que encerrarteWhere stories live. Discover now