Capítulo 6.

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Capítulo 6

Ryder hizo ademán de abrazarme, pero se detuvo a medio camino. En su cara solo se veía una sola expresión; felicidad. Pero estaba tratando de reprimir la sonrisa, quizás para no hacerme sentir esponjada.

–Solo déjame...ehm, recoger algunas cosas para llevar allá. –Saqué una mochila de mi armario, la cual utilizaba cuando viajaba y comencé a lanzar unas mudas de ropa y otras cosas.

–No tienes que llevar nada. –Dijo Ryder, tomando casualmente un perfume que estaba en la repisa de mi espejo. –Hay vestidos que puedes utilizar en una de las habitaciones. En la habitación en donde despertaste. –Recordé el vestido de Erika; color canela que emitía un leve resplandor. A ella se le veía bien porque era alta y tenía el cabello morado, pero yo seguramente me vería ridícula. Por eso solo usaba jeans, camisas y converse. Ni siquiera las faldas me quedaban bien.

–No me gustan los vestidos. –Murmure. –Además...supongo que tengo que usar una de esas horribles capas, así que no importa. –Ryder pareció pensarlo.

–Creo que estaba bien. –Siguió revisando las cosas de mi repisa.

Luego recordé que se me estaba olvidando algo.

Eso que se me estaba olvidando eran mis padres.

¡MIERDA!

–¡Ryder! –Chillé. Ryder se incorporó rápidamente e hizo brillar sus manos de un color azul. –¡Mis padres! –Cuando se percató de que no había ninguna amenaza, sus manos volvieron a la normalidad y me miró como si me hubiera salido de mis cabales.

–Casi haces que incendie toda la habitación. –Escupió.

–¿Que poderes tienes...? –Sacudí mi cabeza. –Olvídalo. Mis padres, no me iré, se darán cuenta de que no estoy. ¿Qué les digo? –Sacudió una mano, en un gesto de "réstale importancia".

–Les haré un hechizo para que se olviden de ti.

–¡¿Para qué se olviden de mí?! ̣–Chillé. ̣–¡No puedes hacer que mis propios padres me olviden!

–Solo será mientras estés fuera. Cuando regreses, será como si nunca te hubiera ido. –Sonrió. –Problema resuelto.

–Promete que cuando vuelva, todo será como antes.

Levantó una mano y la colocó en su corazón. –Te lo prometo; por mi corazón. –Ladeé la cabeza.

–¿Por tu corazón?

–Los magos juramos por nuestros corazones, ya que Mina creó la piedra con sus últimos poderes y los últimos latidos de su corazón. Para nosotros, nuestro corazón seguirá latiendo, aún después de morir.

–Genial. –Murmuré. –Bueno, espero mantengas tu promesa, si no quieres que tu corazón sea comida para cuervos.

–Puedes estar segura.

Minutos después, estaba limpia, peinada y vestida con mis jeans ajustados, mis converse, una camiseta y una camisa de cuadros encima. Me coloqué el collar de oro que me regalaron mis padres cuando cumplí 16. No me lo ponía siempre, porque temía perderlo, pero ahora que iba a buscar una piedra que no puede ser encontrada, supongo que necesitaba un poco de fuerza y algo para recordarlos.

–Estoy lista. –Ryder se levantó de mi cama y me tendió la capa negra que había tomado de mi casillero.

–Es tuya. Tienes que usarla. –Sonrió.

–Pero dijiste que no tenía que ser maga.

–Sí, sé lo que dije, pero a menos que quieras ser comida para los demonios, será mejor que la uses. –Me la tendió nuevamente y a regañadientes, la coloqué sobre mis hombros.

Magos de Mina: La Piedra de Nami (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora