Me levantaría

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Como una extraña flor que florece entre las estaciones 
Como la estrella de la mañana que cuelga entre los días 
Todo esto, algún día pasará 

Todo encuentra su lugar y vuelve 
Si finalmente sonrío como si nada hubiera pasado 
Decir tu nombre 
No dolerá tanto como lo hace ahora.

Taeyeon- 11:11

—Juro que es la mejor pastelería del mundo, tienen los más deliciosos y hermosos pasteles, Kagami-kun —dije mientras entraba a la colorida pastelería, con una gran sonrisa adornando mi rostro, gracias a que volvería a ver a mis amigos, dueños de la pastelería.

Kagami-kun soltó un suspiro y entró a la pastelería junto a mí. Al parecer Momoi-san estaba un poco retrasada para la cita de hoy y llegaría un poco más tarde a la prueba de pasteles.

Cuando entre el dulce aroma del pan recién horneado me recibió con los brazos abiertos, mi estómago gruñó en respuesta, buscando algo que comer. En el mostrador se encontraba Himuro-kun leyendo unos papeles, estaba concentrado y con el ceño fruncido, pero apenas noto mi presencia el gesto desaparecido, para ser reemplazado por su característica pequeña sonrisa.

—¡Kuroko! —gritó. Kagami-kun y yo nos acercamos a él, cuando estuve frente al mostrador me levanté de puntillas y con un poco de esfuerzo, gracias al mostrador que se interponía entre nosotros, lo abrace fuertemente en forma de saludo.

—Kagami-kun, él es Murasakibara Tatsuya, uno de los dueños de la pastelería —expliqué al pelirrojo a mi lado. Esté hizo una reverencia y con una sonrisa sincera habló.

—Un gusto conocerlo. Mi nombre es Kagami Taiga.

—El gusto es mío. —Tatsuya respondió y después desvío su mirada hacia mí—. En un momento Atsushi vendrá con las pruebas de pasteles —explico y volvió a desviar su mirada, pero está vez hacía Kagami-kun—. ¿Su pareja no vendrá?

—Sí, ella está un poco retrasada en tiempo.

Tatsuya asintió y después nos guio hacía una pequeña mesa que se ubicaba en una esquina del lugar, tomamos asiento y el pelinegro se retiró, para volver a su antigua posición en el mostrador. No paso mucho tiempo para que un alto peli morado llegará con cinco diferentes muestras de pasteles y a su lado venía un pequeño niño de seis años cargando solo una muestra.

—Kuro-chin, hace mucho no nos vemos. —habló el más alto mientras posaba los platos en la mesa junto a dos cucharas.

—Hola Murasakibara-kun —mire hacia el pálido niño a su lado y le dedique una sonrisa, el pequeño también me dedicó una en respuesta—. Y hola Noa-kun

—Hola tío Ko-chan. —Murasakibara miró a Kagami-kun que miraba la escena atentamente.

— Un gusto conocerlo señor ceja-chin. Es un placer que compré su pastel de bodas aquí —solté una pequeña risita ante el apodo, Kagami-kun frunció el ceño pero después sonrió ampliamente.

—Es un gusto saludarle, pero mi nombre es Kagami Taiga, no ceja-chin.

—Ceja-chin, Kagami Taiga es lo mismo. Mi nombre es Murasakibara Atsushi.

Después de la extraña presentación nos dedicamos a degustar los deliciosos postres. Yo comencé con una rebanada de pastel decorada con fondant blanco y chipas en forma de corazón rosas y blancas, con ayuda de mi cuchara tomé un bocado y lo llevé a mi boca. Podía asegurar que era uno de los postres más deliciosos que había probado en mi toda vida. El relleno cremoso se deshacía en mi boca deliciosamente, definitivamente Kagami-kun tendría que probar esto.

De bodas a pañales (CORREGIDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora