Capítulo Catorce.

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— Esos son en aquel exhibidor — señaló una chica de cabello azul eléctrico a un chico de cabello negro y ojos de un azul oscuro, este sonrió en respuesta y llevó la caja con ejemplares al exhibidor señalado.

Era la segunda semana de trabajo, y aunque cansado, sentía que por una vez en la vida estaba haciendo algo útil con su vida. Mientras colocaba las diferentes historietas que Bloom sacaba de algún lugar extraño, sentía paz. Se habían conocido de formas extrañas, y ese lugar había quedado hecho un desastre, pero fue una afortunada casualidad. Ahora tenia a alguien que lo escuchaba antes de criticarle, y le aconsejaba antes de juzgarle... se sentía de alguna forma querido.

— ¡Lo siento, se me hizo tarde Joey!— la mentada pelirroja entró, con una enorme caja entre manos, y tres mas flotando tras ella. Si seguía así, amasaría una fortuna en poco tiempo.

— No importa, estamos renovando y no abriremos hasta en una hora...

— Bien. Estos me costó conseguirlos. Los primeros ejemplares son siempre mas costosos por su antigüedad... no son para venta sino para exhibición, y por el amor de Gaia, tenemos que utilizar un hechizo potente de protección, algunos de mis bebés van ahí.

Joey rió al ver a la pelirroja abrazar un tomo de Capitán América con una marca de una A y B en ellos. Tecna había dado la justa recomendación, era una suerte tener ficción terrestre, los terrestres tenían buenas ideas ya que al carecer de magia, explotaban la imaginación.

— Estos otros son los últimos que han salido... seguro que cubre la demanda, espero.

— Creo que el que más se está vendiendo es de Spiderman. Al parecer es popular porque permite explorar un poco la mente de un adolescente terrestre, son en verdad curiosos, y sus problemas aún mas curiosos.

Bloom asintió, abrió la primer caja y volteó en dirección a Darko — Hey, ¿Como estás?

— Bien, acomodando ejemplares. ¿Estás en una campaña para crear mas nerds o qué?— Darko bromeó sosteniendo un ejemplar de un hombre en un traje gris y capa negra.

— Oh no, ya existen suficientes. Estos son solo para aquellos que aprecian el noveno arte, además, necesito estar rodeada de esto... cuando esté vieja y mi misión cómo parte del ejercito de mi planeta se termine, o en palabras más simples, deje el manto de ser Hada Guardiana, quiero abrir una editorial  Dark Dragons... y crear mi propia historia.

— Ya veo...

La mañana pasó entre chistes y pizza. Para los no terrestres, era algún alimento creado por un maestro, para Bloom, lo único decente después del desayuno. Lanzó un suspiro, en poco tiempo volvería a Alfea, pocos días para ser exactos.

Había sido un año sin muchas eventualidades, hacer muchas amigas, incluyendo a las hechiceras, Mirtha y Lucy, tener una aliada como Diaspro, y tener un gran trabajo en un lugar tan... genial, aunque fuera un asco para los videojuegos. Daphne y Vesthia retomando la amistad desde el punto en que la habían dejado, incluso, habían escuchado que otra amiga de ellas, una mujer llamada Diletta, había asumido la rectoria del Auditorio Dorado, el mejor conservatorio de Melodía.

Estaba pensando si podía ayudar a Musa a entrar ahí luego que su educación básica terminara... incluso, había escuchado de la academia de hadas de Linphea... la visitarían algún día cercano. Todo iba muy bien, y aunque seguía llegando el misterioso ramo de rosas azules cada semana, por lo menos ya no llevaban tarjetas.

Sky tenia que olvidarse de ella, no había posibilidad alguna de darle una oportunidad, aún menos después de que Stella saliera tan lastimada y humillada de esa mentira. Se sentía feliz, aunque tenía que ser honesta consigo misma, y aceptar que en el fondo sí le gustó en su momento, cuando no sabía quién era, cuestión de minutos en realidad. Sin mencionar que ese gilipollas jamas se dignó en mencionar su compromiso... Bloom no era una chica que se tomara a bien un engaño tan grande cómo el ocultar a Diaspro.

Dragon's Daughters.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora