Capítulo Treinta y Nueve.

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Flora fue de las últimas en regresar a Alfea, luego de pasar los últimos días de vacaciones junto a sus padres Alyssa y Rhodos, y su pequeña hermana Miele. La pequeña linpheana quedó sorprendida, cuando les contó con detalles, lo que había pasado casi dos meses atrás, el día que Lord Darkar atacó Magix.

También mencionó la estadía en la Tierra y su extraña , manera de celebrar Yule, pero ello no llamó tanto la atención, comparado con lo vivido en la invasión del fénix sombrío.

Alyssa se había mostrado preocupada a medida que el relato avanzaba, y Rhodos igual, aunque ambos llegaron a la conclusión de que si Flora quería ser el hada guardiana de Linphea, tendría que acostumbrarse a momentos incómodos y que pusieran a prueba su propia moral.

De sus decisiones, la vida de muchos estarían en juego, si fallaba, el precio a pagar sería muy alto.

Miele por su parte miró con asombro cuando de la roca sólida, Flora logró crear pequeños pétalos, y le contó como ello había ayudado en el momento que estaban enfrentando a las criaturas del fénix sombrío en Shadowhaunt, y como creó un capullo de roca que le protegió y al mismo tiempo, deshizo a las criaturas. Ya no eran simplemente lianas de agarre, o hechizos básicos de sanación...ahora podía atacar también.

— Bienvenida, Flora — dijo Griselda con seriedad, aunque la linpheana logró captar un tono más... simpático en la voz de la estricta mujer.

Sonrió. No esperaba eso de Griselda. Le agradaba en si sentir que la mujer no sería tan estricta. ¿Quizás hasta podría extenderle el permiso para experimentar en el salón de pociones? Eso le agradaría mucho, ya que tenía muchas anotaciones para futuros proyectos, y deseaba comenzar a probar y fallar, hasta lograr la perfección.

Flora no era una chica que se deprimía ante los tropiezos. Flora miraba en ellos un reto, y una enseñanza.

Continuó su camino hasta llegar al dormitorio. Varanda ya estaba ahí, hablando por videollamada con sus padres. El rey parecía ya entrado en años y la reina tenía un semblante aburrido.

— Hola, Flora. Madre, padre, ella es una de las chicas... Las..eh... ¿Cómo es que os hacéis llamar?

— Bueno, Winx.

— Eso, Winx. Es una de ellas. Podrías relatar a mis padres ese día. Sé que vosotras fuisteis a la montaña.

Flora asintió. Se sentó al lado de la princesa callisti, y con algo de seriedad, empezó a relatar a los reyes de Callisto, de la misión que hicieron a Shadowhaunt.

— Esa chica, Artemis... Creo que es un peligro.

— Sé que Bloom es un poco impulsiva, pero le aseguro que ella jamás representaría un peligro...

— Para quienes no se interpongan en mi camino— interrumpió la mencionada, entrando— Lo siento, lo siento, estaba buscando a Flora.

— Princesa Artemis, buenos días.

— Majestades, un placer ver que estáis...bien. Espero que tengáis un bonito día. Adiós Varanda, nos vemos en la clase de Historia de la Magia.

Y así fue como Bloom se llevó a Flora, en dirección del apartamento que compartía con las otras. Tras entrar a la amplia habitación de Diaspro, vio a Stella airada, caminando de un lado a otro con las manos en puño, Diaspro con su ya típica taza de té, Musa de brazos cruzados, Leona furiosa, Grace igual, Tecna algo...ausente, y en el centro, Aisha llorando.

— ¿Qué ocurre?

— Bue...— Grace fue la primera en hablar— Nos habíamos congregado, porque Arty Ar nos dijo que tenía una idea para apoyar con algo que tiene que ver con Daph Daph, pero no pudo decirnos nada, Aisha ingresó y Stella interrumpió para preguntar porque estuvo triste el día de la coronación del rey Sky, y ella dijo que sus padres le habían concertado un matrimonio con un chico de Andros, que es de buena familia, y sus padres son buenos amigos del rey Teredor.

Dragon's Daughters.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora