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—Y segundo... te pido que aceptes mi amistad —habló Marc y no, no era lo que quería decir en lo absoluto, pero al final no pudo encontrar las palabras adecuadas y resultó en aquel desastre— yo no soy el tipo de rogar por una amistad... 

—Hay algo que no me convence en todo lo que dices —interrumpió Félix después de un suspiro.

—¿Por qué? —preguntó un poco desesperado a ese punto. La verdad es que pensó que engañar a Félix sería más fácil de lo que realmente era... en ningún momento le cruzó por la cabeza que Félix disfrutaba la actuación y que probablemente sabía identificar cuando alguien no estaba haciendo un buen acto. 

—Creo que no eres el tipo de ser amigos con alguien como yo —contestó, una vez mas, y es que tenía toda la razón, ¿por qué diablos Marc querría ser amigo de Félix? No tenían ni un solo interés en común y las personas con las que se juntaban eran completamente diferentes. 

—Pero estoy diciendo la verdad —fue lo único que pudo pensar, mientras se pegaba con la palma de su mano en la frente. Félix podía sentir la frustración de Marc, era obvio que algo estaba sucediendo en aquella misteriosa mente de Marc, y Félix no podía evitar sentirse mal por la situación. ¿Tan desesperado estaba Marc por hacer nuevos amigos?

—Creo que tenemos que conocernos un poco mejor antes de siquiera pensar en ser amigos —accedió Félix, por más que lo negara le daba un poco de lástima ver a Marc rogando de esa manera —lo último que quiero es seguir sintiéndome acosado —dijo más para si mismo que para Marc.

—Lamento haberte hecho sentir de esa manera, lo último que quiero es que no te sientas seguro conmigo —dijo, un tanto molesto con sí mismo, parte de lo que decía era verdad.

—Bueno, ¿crees que podríamos empezar ahora? Necesito un tiempo a solas —pidió Félix, mientras se sentaba en una de las bancas del parque. No estaba mintiendo, necesitaba un tiempo a solas, pero más importante quería que Marc lo dejara solo y no lo siguiera fastidiando.

—No hay problema, ¿nos vemos mañana? —preguntó con una sonrisa, se sentía mucho más ligero ahora que había "arreglado" las cosas con Félix. 

—Nos vemos mañana —confirmó Félix en forma de despedida, regalándole una sonrisa.

Marc comenzó a caminar a casa de Tony, estaba tan satisfecho con como las cosas habían salido al final que quería ir a restregarle en la cara a Tony que la apueste iba tan bien y tan acuerdo a lo planeado que estaría perdiendo si o si.

—¿Cómo van las cosas con Félix? —preguntó Tony, unos minutos después de que Marc llegara a su casa y que los dos se sentarán en la sala.

—Solo han pasado dos días y ya he logrado que seamos amigos —contestó Marc con una sonrisa arrogante. Marc tenía muy en claro que las cosas con Félix no estaban saliendo de la mejor manera, pero nunca sería capaz de admitirle a Tony que su plan estaba fallando y que tuvo que ir a suplicarle a Félix que considerara su amistad.

—¿Tan rápido? —preguntó asombrado, no esperaba aquella respuesta— yo pensé que te iba a ignorar por completo.

—Tengo mis métodos —dijo con aquella misma sonrisa que a este punto era más que arrogante y solo por show, ya que Marc sabía lo que le había costado que Félix no lo odiara. 

El resto del día Marc se la pasó en casa de Tony, jugando videojuegos y hablando de cosas triviales y sin importancia. Marc y Tony habían sido amigos desde que estaban en la primaria, se conocían bastante bien, pero aún así una pequeña parte de Marc pensaba que a lo mejor no le estaba mintiendo del todo a Félix. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que Marc sintió que realmente encajaba en su grupo de amigos y no estaba tan opuesto a la idea de salir con otra gente. 

Por otro lado, Félix se había quedado por un buen rato en el parque. Solo fue hasta que el sol empezó a esconderse que Félix decidió que era momento de regresar a su casa. El camino fue silencioso, ya que no llevaba con el sus audífonos, pero quiso aprovechar aquella caminata en silencio para dejar descansar su mente. En cuanto Félix llegó a su casa, se sorprendió al darse cuenta de que no había nadie. Nada excepto por una nota que decía: "Félix, iremos a visitar a los amigos de tu padre, hay comida en el microondas. -Mamá." 

—Genial —dijo para sí mismo tras un suspiro y con un tono decepcionado. 

Después de haber calentado su comida en el microondas, Félix se sentó en el sillón, mientras sacaba su celular de su bolsillo para llamarle a Tiana. Quería asegurarse de que estuviera bien y también quería hablarle de lo que recién había sucedido con Marc. 

—¡Félix! Estaba a punto de llamarte —habló Tiana en cuando contestó la llamada. 

—¿Estás bien? —preguntó Félix, sabiendo que todo el tema de la salud de su abuela no era un tema fácil de discutir. 

—Todo esta bien —contestó con un tono que hizo que Félix se sintiera más tranquilo, aunque toda la situación con Marc ocupara gran parte de sus pensamientos, aún así estaba preocupado por Tiana y quería asegurarse de que todo estuviera bien antes de compartir lo que le había pasado a él— fue un susto más que nada, pero mi abuela ya está de regreso en casa.

—Que bueno —contestó, aliviado de que todo estuviera bien por la mayor parte— me alegra que todo este bien, salúdala de mi parte y dile que le mando un abrazo —Félix conocía a la abuela de Tiana, por el simple hecho de que Tiana siempre estaba en contacto con ella y había varias ocasiones en las que Félix había pasado parte de sus veranos junto con Tiana en la casa de su abuela.

—No te preocupes, yo le digo —habló Tiana, apreciaba las palabras de Félix, pero lo que realmente quería saber (ahora que ya no estaba tan preocupada por su abuela), era que diablos había pasado con Marc y si lo había seguido acosando como el día anterior. La verdad es que Tiana amaba el cotilleo— ¿sucedió algo más entre tu y Marc? —preguntó en cuanto Félix no dijo nada más.

—Sucedieron un par de cosas más hoy —compartió Félix, sabiendo que Tiana no lo dejaría en paz hasta que compartiera la historia completa— al parecer me estuvo esperando en la parada del autobus una vez más, pero como hoy decidí irme caminando no me lo topé hasta que él llegó a la escuela... —comenzó, dándole a Tiana una explicación de como sucedió aquel pequeño argumento antes de clases y como lo dejó solo por el resto del día— ...pero luego vino a buscarme a mi casa... —Félix no pudo terminar sin que Tiana lo interrumpiera.

—¿Fue a tu casa? —preguntó, sorprendida de lo que acababa de decir Félix. Especialmente porque Marc no tenía porque estar yendo a la casa de Félix sin anunciar. 

—Si, fue tan inesperado que ni siquiera supe como reaccionar —admitió, mientras podía imaginar la cara que Tiana estaba haciendo en ese momento— supuestamente vino porque quería disculparse conmigo por aquel comportamiento tan fuera de lugar de ayer y hoy, y también me dijo que quiere que seamos amigos.

—No puedo creer que Marc —hizo una pausa— Marc Tremblay, te haya pedido que fueras su amigo —continuó, sabiendo que Félix no lo tomaría de mala manera— Marc no es el tipo de persona que se junta con gente de nuestro tipo. 

—Lo sé, no tiene sentido —dijo Félix, estaba de acuerdo con Tiana, el tampoco lo entendía— le dije que quería que nos conociéramos primero antes de siquiera pensar en ser amigos, obviamente solo para que me dejara en paz de una buena vez. 

—No puedo creer... —Félix interrumpió esta vez.

—Oh —dijo confundido mientras miraba la pantalla de su celular— espera un poco Tiana, te llamo en seguida, alguien más me esta marcando —sin siquiera esperar respuesta de Tiana aceptó la otra llamada.

Félix normalmente no obtenía llamadas de números desconocidos, pero por el código de área se dio cuenta de que era un número local, por lo que contestó sin pensarlo mucho.

—Félix, ha pasado un buen tiempo —exclamó la persona al otro lado de la línea, en cuanto Félix reconoció aquella voz su cuerpo entero se congeló por unos cuantos segundos.

¿Por qué diablos no podía dejarlo en paz de una buena vez?

Retos y Apuestas |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora