SEIS

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[1927]

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[1927]

Durante el verano, Alan le envió una carta de Christopher.

Fue Alan quién descubrió la dirección de su amigo, cuando en una ocasión una de los profesores de Sherborne pasó cerca de él durante una de sus clases. Le dejó la carpeta sobre el banco y el nombre Morcom resaltaba por la orilla, ¿qué más podía hacer?

Así que en cuanto llegó a casa le escribió una carta, palabras sencillas envueltas en saludos sinceros. Le preguntaba acerca de su familia, qué tal le iba en sus vacaciones de verano.

La respuesta llegó tan sólo cuando estaban a dos días de volver al colegio.

"¿Alan Turing?" Se podía leer en el papel, con letra impecable. "¿Cómo has conseguido mi dirección? Y contestando a tu pregunta, me ha ido bien. Viajamos a la granja de un tío y pasamos casi todo el mes allí. ¿Qué tal tus vacaciones? No escribas la repuesta a mi pregunta, que sé que para ti es más fácil meditar las palabras y luego escribirlas en un borrador, para luego hacer otro borrador y llegar al ajuste perfecto. No, Alan. Quiero que me lo digas en persona.
Con cariño, Christopher.

P.D.: En serio debes contarme cómo obtuviste mi dirección.
P.D.2: Espero que esto te llegue antes de entrar a clases. ¿Te mencioné que estamos en una granja? ¡El cartero pasa una vez a la semana!

Alan se horrorizó ante la idea de tener que explicarle a Christopher todo ese asunto de la carpeta tentadora y su terquedad por comunicarse con él durante el verano.

Ya le había tomado cariño al chico como para que lo despreciara tras un arrebato acosador como aquel.

Lo peor de todo no era la incógnita de su reacción, sino que Alan sonreía tan sólo en cuanto escuchaba su nombre o pensaba en él.

Aquello no era nada bueno.

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