Naruto y el despertar del cosmos

Capitulo 32

Después de salir de la academia, Jiraiya, Naruto y Kazumi aparecieron en el techo de la Torre Hokage. Jiraiya los soltó del hombro y caminó hasta la baranda, donde se puso a observar el rostro del Yondaime. Naruto y Kazumi camino hasta donde estaba el Sannin y se pararon a su lado mirando la cara de su padre en el monte.

–Supongo que sabes que soy tu padrino, Naruto –dijo Jiraiya sin dejar de mirar el rostro de Minato –sé que debes sentirte traicionado porque no estuve ahí cuando crecías, cuando tenías problemas y debías afrontarlos sólo, cuando llorabas por la noches preguntándote que fue lo que hiciste para que te abandonaran. Y tu Kazumi, debes estar igual de molesta que Kushina por no velar de tu hermano.

–¿A qué quieres llegar? –preguntó Kazumi seriamente.

–No espero que me perdonen porque yo no puedo perdonarme haberte dejado en una vida de soledad– dijo Jiraiya– Minato era como el hijo que nunca tuve y ustedes son sus hijos, por ende he cometido la atrocidad de abandonar a mi nieto con la excusa de no poder soportar el dolor de perder a Minato y luego la excusa de perseguir a quien yo creía mi amigo, pero solo era un maldito traidor. He estado carias veces en Konoha estos doce años, y aunque no me creas siempre he preguntado cómo estabas, pero nunca me atreví a verte a la cara. Me escondía de ti porque era un cobarde. Te veía llorar por las noches pidiendo porque tus padres llegaran y te perdonaran por lo que fuera que hubieras hecho y aunque me rompía el corazón verte así, nunca pude verte a la cara y decirte la verdad.

Naruto apretó fuertemente el fierro de la baranda con ambas manos y forzó que las lágrimas no salieran al recordar esas noches de desolación. Cuando vio esto, Kazumi lo abrazo, tratando de calmar su enojo y tristeza.

–Ya dijiste que no esperas que te perdonemos y sinceramente yo no creo que pueda, pero te pregunto nuevamente, ¿a qué quieres llegar con esto? –Dijo Naruto –¿sólo quieres traer malos recuerdos olvidados?.

–Sé que es casi imposible que me perdonen, pero déjame compensarte por no haber estado ahí contigo de la única forma que sé –dijo Jiraiya de forma seria y por la actitud y mirada del

Sannin, Naruto encontró que también estaba siendo sincero –déjenme entrenarlos para que los convierta en unas leyendas mucho más grande que su padre. Sus padres tenían muchos enemigos y hay una amenaza aún más grande contra ti de un grupo de missing-nin que buscan capturar a los Bijuu, y cuando se enteren de la existencia de Kazumi y que tiene al Kuybi, también iran por ti. –Refiriéndose a la pelirroja– Por eso quiero que vivan una vida larga y próspera, que formen una familia y vivas feliz. Yo quiero ayudarlos.

El joven rubio miró a los ojos del Sannin y luego miro a Kazumi quien le confirmo que no pudo encontrar algún indicio de mentira o engaño. Jiraiya realmente quería ayudarlos y se notaba realmente arrepentido de no haber aparecido antes.

El rubio quedó con sentimientos encontrados. Por un lado quería mandar a la mierda al Sannin por haberlo abandonado, pero por otro quería creer en las palabras de su padrino debido a la necesidad casi agónica de tener a alguien a quien pudiera considerar como un padre, a alguien que estuviera ahí para apoyarlo, sumar uno más a su pequeño grupo familiar que consistía de él, Sandaime, su abuelo putativo, la familia Ichiraku, a quienes consideraba como su tío y "prima" cercanos, Kurenai y Yugao, quienes representaban lo más cercano a sus hermanas mayores. Aunque sabía que tenía a Kazumi y que sus padres regresarían en un tiempo, no podía perder la oportunidad de hacer más grande su familia.

Jiraiya observaba en silencio el rostro de Naruto que reflejaba un sinfín de emociones, y no podía evitar sentir desprecio por sí mismo por abandonar al rubio, fundamentos para esconder la realidad, la realidad que era un maldito cobarde que tenía pavor a encariñarse con el rubio y después perderlo, tal cual perdió a su preciado pupillo aquella trágica noche.