Capítulo 3.

79.1K 5.8K 1.2K
                                    

"Un diamante brilla como un ángel en las manos de un demonio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

"Un diamante brilla como un ángel en las manos de un demonio."
(Carla.B)

P.O.V HOPE

¿Alguna vez experimentaron el dolor y el placer al mismo momento? Precisamente eso me pasó. —¿De qué estoy hablando?

¡Retira la mirada! ¡Deja de mirarlo, idiota!—me decía la conciencia.

Su mano caliente agarró fuerte mi rodilla, lo mire a los ojos con ¿Miedo?, ¿Extrañeza? Todo mi cuerpo se tensó, un sentimiento de calor me invadió, mientras que en mi estómago se formó una pequeña tormenta.

—Puedo sola. —susurré al final sintiendo como me sonrojaba. Él seguía mirándome a los ojos, sin retirar su mano—. Gracias por la ayuda.—insistí , mirando a cualquier otra parte que no sea su mirada intimidante. Poco a poco retiró su mano, miré mi pierna roja, había marcado mi piel con su mano.

—¿Te quedas con estos?—dijo levantándose poco después, miré los hermosos tacones en mis pies, eran tan hermosos. Igual de hermosos que el precio, 10.000$.

¿Qué?

—No.—conteste de inmediato—. ¿10.000$ por unos zapatos? Ni que fueran de oro.—espeté sarcástica y avergonzada al mismo tiempo.

¿Por qué me había traído aquí? ¿No se dio cuenta que mi situación económica no tiene nada que ver con la suya?

—¡Paola!—gritó de repente haciéndole sobresaltarme, aún con su mirada fija en mi. La misma mujer de antes se nos acercó—. Los compramos.—extendiendo su tarjeta de crédito.

—¡No!—grite levantándome rápidamente de la silla con un pie aún en el zapado. La mujer se fijó en mi con una mirada de disgusto. ¡Órale!

—Paola, haz lo que te dije.— le indicó mientras apretaba la mandíbula—. Y tú..—me señaló con el dedo—. Siéntate y que sea la última vez que me levantas la voz o te pones en contra de mis decisiones.—me advirtió con voz sería.

—Nunca recibí regalos de un hombre, y menos si son tan caros.—dije aún de pie.—. Y mucho menos quiero hacerlo en este momento.

No tengo la menor idea de quién cree que soy, pero yo no voy a aceptar su regalo. No me puede obligar, ¿O si?

—Yo no soy cualquier hombre señorita, pensé que lo había entendido, la gente no acostumbra cuestionar o dudar mis órdenes—me seguro  y después se fue de ahí, dejándome sola en la tienda.

Pues... Acepté el regalo.

Poco después la misma mujer regresó con una caja donde metió los zapatos, claro, no antes de sonreírme falsamente.

Por fin estaba en el coche, hablando con Peter, mientras que Andrew... ¿Dibujaba? En menos de treinta minutos ya estábamos en frente del edificio. El caminaba antes y yo lo seguía, hasta que nos subimos en el elevador. ¡Que falta de aire! Un Andrew era demasiado, ahora veía cuatro reflexiones de él. Y cada parte que se reflejaba en los espejos era perfecta.

• UNBREAKABLE ©® 1º• [+18]Where stories live. Discover now