Capítulo 4.

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"Solo los verdaderos diamantes saben el dolor que sufren hasta que llegan a brillar

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"Solo los verdaderos diamantes saben el dolor que sufren hasta que llegan a brillar."
(CarlaB)

P.O.V ANDREW

—Te siento tan tenso, cariño—afirmó Amanda mientras empezaba a desabrocharme la camisa.

—Relájame entonces—sonreí pícaro con una mirada impenetrable, mientras ella acercaba sus labios a los míos. Sus labios no llegaron a tocar los míos aun cuando la puerta se abrió.

—Señor Hell.—entró mi asistente personal, Ángela, quien se encargaba de todos los trámites que incumbían a mi casa, mi empresa y mi vida personal, acercándose a nosotros sin ninguna pena por habernos interrumpido. Amanda se bajó de mis pies caminando hacia la otra parte del escritorio.

—Ángela, ¿qué haces aquí?—pregunté, mostrándome interesado, pero en verdad lo que sentía era una puta indiferencia.

—Vine a verte. Obvio—después giró su mirada hacia Amanda—. Otra vez estás aquí —rodeó los ojos—. Nunca te cansas , ¿verdad?—preguntó sonriendo irónica.

—Siempre consigo lo que quiero—dijo Amanda con una sonrisa igual de irónica—. Tarde o temprano—añadió.

¿Alguien sabe en qué página de la Biblia está la receta para convertir el agua en vino? La necesito con emergencia, de otra manera no aguantaré asistir a esta pelea.

—En fin—espetó Ángela mientras se sentaba en una silla enfrente de mi escritorio. —. Andrew, ¿Quién es la muchacha que hace poco salió de tu oficina?—me preguntó con una sonrisa.

—Hope Evens.—respondí rápido, después las miré a las dos. Me di cuenta de que me miraban de una manera extraña—. Mi nueva secretaria —expliqué y fijé la mirada en mis dibujos.

—¡Ay! Pero qué linda es.—exclamó Ángela y levanté la mirada sorprendido—. No sé, tiene algo especial.—hizo una cara pensativa mirándome a los ojos—. Tiene ese toque natural, inocente y juvenil. Como que no hay muchas como ella, ¿verdad?

—La palabra que buscas es corriente—se rió en tono de burla Amanda.

Su actitud me hizo levantar la cabeza y fulminarla con la mirada inconscientemente. No era la primera vez que Amanda se divertía por la apariencia de una persona, pero esta vez, se notaba la envidia, porque la pequeña estaba jodidamente atractiva.

— Corriente tú, querida—se rió—. Ella tiene más de lo que tú posees, lo único que tú tienes más grande que ella. —La miró con maldad. —. Son los años, querida, como que esas arrugas ya son bien evidentes. Mira, te daré el teléfono de mí...

Amanda no pudo aguantar más y la interrumpió.

—¡Sé lo que intentas hacer!— alzó la voz Amanda—. Créeme, no lo vas a lograr.

—¿Por qué no le preguntamos a un hombre?—fue la brillante sugerencia de mi asistente, Ángela. —. Andrew, ¿qué opinas?

—Opino que es hora de que se salgan las dos de mi oficina.—Contesté molesto, viendo el rostro de sorpresa que pusieron las dos. —. ¡Ahora!—levanté la voz.

• UNBREAKABLE ©® 1º• [+18]Where stories live. Discover now