Capítulo 6.

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"Los diamantes se ven mejor en la oscuridad, aunque la luz las hace brillar más fuerte

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"Los diamantes se ven mejor en la oscuridad, aunque la luz las hace brillar más fuerte."
(CarlaB)

P.O.V ANDREW

Habían pasado tres días desde que no intercambié ninguna palabra con Hope, sabía que era mejor concentrarme en mi trabajo y no pensar en cómo podría follarla en cada maldito minuto que sentía su mirada sobre mí.

Estaba concentrado en mi dibujo cuando la puerta de mi oficina se abrió de golpe, chocando contra la pared.

—¿Qué es eso?—cerró la puerta con fuerza detrás de ella, estirando un papel.

—¿Un papel?—contesté irónico, mirándola.

—¿Por qué estoy inscrita en lecciones de pintura y diseños?—preguntó Hope caminando decidida hacia mi escritorio—. ¿Usted cree que tiene el derecho de hacer todo lo que se le pega la gana?—gritó cuando se acercó más. Si algo odiaba, eran los gritos—. ¡Contéstame!—gritó de nuevo.

—¿Me estás gritando?—pregunté tranquilo, levantándome lentamente de la silla.

—¡No!—gritó de nuevo y yo rodé los ojos.

—¡Fuera!— grité también, pero ella seguía en frente de mí sin ninguna intención de salir.

A lo largo de mi vida aprendí que no existe nada más peligroso que una mujer con información incompleta sacando sus propias conclusiones.

—No—contestó firme—. ¿2.000$ por enseñarme a dibujar?—pregunta más tranquila.

—Eres una empleada de esta empresa, así que no me pareció justo dejarte pagar por algo que nosotros organizamos, aunque no sé si seguirás mucho tiempo trabajando aquí.— resopló totalmente cansado.

—¡Ah! Lo que faltaba—levantó la voz indignada. —. ¿Me quiere despedir? ¡Hágalo!—me reto, pero desgraciadamente para ella mi paciencia llegó al límite.

—¡Te quiero follar! Eso es lo que quiero, así que si no sales en un minuto de mi oficina, acabarás desnuda sobre este maldito escritorio con mi pene dentro de ti. ¿Estoy siendo suficientemente claro ahora?—pregunté, pero ella seguía de pies, con la mirada bastante insegura, pero seguía de pie, sin ninguna intención de caminar hacia la puerta y cerrarla por detrás—. ¿Tiene algún problema en los oídos, señorita Evens?

—¿Es usted idiota?—preguntó cruzándose de brazos y la miré con rabia.

Lo que faltaba. Esto me pasa por andar en la vida como en el monte, no saber con qué pinche víbora me voy topando.

—No juegues conmigo, Hope.— la advertí molesto caminando hacia ella, acercándome más y más hasta que sentí su respiración agitada cerca de mí—. Te estás metiendo en un juego muy peligroso.

—No le tengo miedo, señor Hell. Perro qué ladra no muerde.— miré su cuello y vi las marcas que les dejé hace unos días en el elevador, mi pene empezó a ponerse duro.

• UNBREAKABLE ©® 1º• [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora