Malditos vestuarios.

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   Eric

Eric es el chico nuevo de la clase. Alto, delgado y de hombros anchos. Es moreno de piel y de pelo y tiene unos ojos castaños claros.

Salgo del pabellón deportivo después de recoger el material de gimnasia y voy al vestuario. Alguien golpea mi espalda amistosamente y me giro. Es Jordi.

- Buen partido, tío. - Me sonríe y entra antes que yo al vestuario. 

 Desde que gané el año el campeonato juvenil de mi país de natación todo el mundo se acerca más a mí, sobre todo Jordi, y más desde que este año han vuelto a admitirme en la liga. Lo cual es agradable aunque nunca haya llegado a echar en falta atención de nadie.  

- Lo mismo digo. - Respondo y sonrío.

Cuando entro en el gran vestuario, me lavo las manos y ante el espejo me sorprendo aún sonriendo. Jordi está en el lavabo de al lado y empieza a contarme algo sobre su novia y que ayer se quedó con él en su casa sola, observándome mientras me lo cuenta, pero desconecto. No me apetece oír eso, aunque de vez en cuando contesto algo o me hago el impresionado. Vamos juntos a recoger de las taquillas nuestras respectivas bolsas y aún sigue hablándome sobre Sarai. Se agacha para desabrocharse los cordones pero ni así deja de hablarme de ella. Evito mirarle. 

- Fue la hostia tío, tal y como me dijeron todos, es flipante, ya quiero repetir... - me mira e intento poner cara de póquer - deberíamos buscarte una novia. - Dice intentando obtener respuesta.

Me río y lo considero mentalmente. Jordi es un buen amigo, además es inteligente y es también bueno en los deportes, si no fuese por esa novia tan pesada...

- Va a ser que no. - Respondo aún riendo mientras comienzo a desvestirme.

- Tienes razón, chicas no te sobran, ¿verdad? - al ver que no respondo, continúa, - he oído que el sábado fuiste a la fiesta de Noel y pill...

Cuando acabo de quitarme la camiseta, ya está de pie y  le miro extrañado porque se haberse quedado callado aunque es él quien me mira a través del espejo.

- ¿Qué pasa? - Pregunto y me quito los pantalones.

- ¿Qué? Yo... Me... llaman... Me están llamando. Luego hablamos. - Y se va como entró.

No me da tiempo a extrañarme porque el entrenador entra y nos llama a todos para hablarnos sobre los nuevos equipos de natación que vamos a formar. Cuando acaba todo el mundo está animado por el anuncio del entrenador. Se celebrará una hoguera el Sábado en honor al colegio por los 7 premios recibidos por alumnos y equipos que han sido entrenados aquí.

Todo el mundo va a ducharse. Mis compañeros se desvisten. El chico de último curso, Sean, entra con sus amigos al vestuario. Todos sin camiseta, pero me quedo observándole solo a él. Ya no reacciono como la primera vez, y menos mal. Su cuerpo bronceado parece terso y solo explicaría que se matase en el gimnasio por los brazos y el vientre que tiene. Las primeras veces que coincidimos aquí fueron las más incómodas.Pero he aprendido a controlar mi cuerpo. Sólo se lo conté a Adele y ella mehizo preguntarme por mi sexualidad pero la contradije porque si he tenido varias veces una... unaerección, fue porque es impresionante su cuerpo y lo admiro ya que yo también loquerría. Nada más. El cuerpo no es perfecto, tiene fallos. Lo tenía por ese entonces muy claro y la semana de después de ese día, conseguíevitar que pasase de nuevo. No me costó, aunque quizás fue porque le evité bastante más, por si a caso. Desde entonces he decidido esperar a que salgan todos de las duchas. Me resulta incómodo entrar desde aquel día cuando, siendo directo como sólo es él me preguntó que qué coño miraba. Salí rápido del problema con una excusa que no sé ni porque dije. 

Hasta ahora, en mi interior la pregunta que me hizo hacerme Adele resonó más de una vez en mí y últimamente también, aunque acabo por ignorarla porque si yo fuese... o sea si no fuese heterosexual, que no lo creo, no sé si me convendría demasiado.

Ignoro mis pensamientos y aprovecho que el entrenador sigue en el vestuario para entablar conversación con él, para distraerme, obviando la cantidad de chicos en ropa interior que pasan por nuestro lado.

Media hora más tarde el vestidor está vacío y voy a la ducha. Cuando entro, choco con alguien. Parece que hoy no voy a ducharme nunca.

Para mi sorpresa es otra vez Jordi.

¿Por qué lo hace todo tan difícil?

Cuando miro sus ojos verdes (cosa que siempre intento evitar excepto cuando lo olvido , aunque ya que está desnudo delante mía mejor mirarlos que nada), me los topo rojos e hinchados, además. 

¿llora?

- ¿Jordi? ¿Qué pasa, tío? - pregunto y le pongo la mano en el hombro.

- ¿A mí? Nada. ¿Qué va a pasarme? - Finje reír pero le falla la voz finalmente.

- Tío...

- No me pasa nada, ¿vale? Yo no lloro, los tíos no lloran. Además ya me iba... - Y repite el evitarme aquí, como siempre.

Antes de que salga hago otro intento.

- Si pasa algo, sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad? 

- No no puedo ahora, déjame en paz. -Responde  y por lo bien que lo conozco decido seguir con mi ducha y darle espacio. Más tarde volveré a preguntarle.

Me enjabono el pelo y  entonces oigo en un susurro un "mierda" y un "lo necesito" seguido de algo que cae al suelo. Cuando me giro para obtener respuesta, en lugar de recibirla, unos labios impactan sobre los míos, suaves pero tensos. Mi sorpresa no es medible ante lo que está pasando pero no parece ser  nada al lado de la sorpresa que me llevo al, instintivamente , devolverle con ansia el beso en los labios del chico que siempre parece seguro hasta que me mira de la forma tan especial sólo suya...











Vaaaaaaaaaaya. Cuánta información en un sólo capítulo. Entonces, ¿Eric no miraba a Sean solo por admiración? ¿Y la novia de Jordi? ¿Cómo es que responde tan seguro Eric al beso tan inesperado? ¿Siente algo en realidad? Ayyyyyyyyyyyyyy. Estoy deseando que leáis el próximo capítulo y sobretodo que me ofrezcáis vuestras opiniones sobre los diferentes temas que se vayan tratando y sobre la historia en sí. 

No olvidéis vuestra estrellita si os ha gustado. ¡Hasta la próxima!

XOXO <3333333333

Ella: mi arma de destrucción masiva.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt