Capítulo 10

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La mañana estaba llegando a su fin. Kim Hyun joong no había permitido que Young saeng le preparase la maleta, así que la había hecho él mismo mientras le contaba las nuevas campañas que tenían previstas sus clientes. Luego entró en el baño para arreglarse, dejando la puerta entornada para poder seguir hablando. Cuando ya estaba en la bañera, sonó el teléfono.

-No te preocupes, Hyunnie. Contestaré yo.

-Si quieres, salgo -gritó, desde el otro lado de la cortina de baño.

-No hace falta. Aún puedo hablar.... Dígame.

-Tu marido ha estado toda la mañana en casa... ¿tan bueno eres en la cama? ¡Quién lo iba a decir!

Siwon se complacía en el sufrimiento que le causaba. Cuanto más mejor y el no podía contestarle. Se quedó en silencio durante algunos segundos.

-Le tienes cerca, ¿eh?

-Sí -contestó secamente.

-Esta tarde te llamaré para decirte dónde nos veremos. Hoy me tienes que dar el dinero. No hay más tiempo.

-De acuerdo.

Saeng colgó el auricular de inmediato, como si le quemase entre las manos. Aspiró aire lo más profundamente que pudo para intentar calmarse.

-¿Quién era, Saengie amor?

-Alguien que se había equivocado -respondió el apresuradamente.

-Ha tardado en colgar, ¿no?

-Sí -dijo Saeng, simulando toda la naturalidad que pudo-. Al parecer estaba empeñado en que el que estaba equivocado era yo.

-Definitivamente, la gente está mal de la cabeza.

Hyun joong continuó hablándole de trabajo, hasta que llegó el momento de marcharse. Tuvo una sensación extraña al mirarlo acercándose a Young saeng para despedirse y sintió que a el le ocurría lo mismo. Se abrazó a su cuello con todas sus fuerzas, besándole después casi con desesperación, con los ojos llenos de lágrimas.

-Volveré en cuanto pueda, Saengie. Aceleraré las cosas lo más posible. No me gusta dejarte así.

-Estaré bien, no te preocupes.

-¿Me prometes que no te vas a mover de la cama, que vas a cuidarte? -le preguntó Hyun joong, haciéndole un cariño en la barbilla.

-Te lo prometo -dijo Saeng, besándole de nuevo.

Hyung jun estaba en la amplia cocina de la casa,dándole de cenar a los niños cuando llegó Jung min y se desplomó sobre una delas sillas del departamento. No había dormido en toda la noche y la barbaoscura asomaba ya en su cara. Era un hombre de treinta y tantos años, el cabello le raleaba y rostro perfecto, a pesar de su profesión, aunque presentaba algunas arrugas, de vez en cuando, arrugas que se marcaban más cuando estaba preocupado. Era un hombre guapo, sus ojos grises y las canas que veteaban sus sienes le daban un aspecto interesante.

-Estás horrible -dijo Junnie al verle entrar.

-¡Fatal! Toda la noche sin dormir para nada. No hay manera de atrapar a ese Choi siwon. El caso es que no sé a qué espera para intentar huir...

-Tal vez no sea tan fácil -contestó Baby jun, poniéndose en pie después de besarle-. Estará buscando la manera de hacerlo de la manera más segura posible.

- ¡Eso es evidente, Tortuguita! -dijo tomando la papilla del más pequeño y comenzando a dársela-. Probablemente necesite dinero, es lo único que le puede facilitar la salida y lo único de lo que debe carecer...

No me culpes a miWhere stories live. Discover now