Capítulo 6

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Josh y yo lloramos, no se durante cuánto tiempo, pero ahora ya serán acerca de las cinco de la tarde.

Lucy sigue en el suelo toda ensangrentada, y sus pequeñas manos están rojas, y no tiene uñas. Su pelo cortó y moreno sigue igual quizás un poco más sucio, pero sus preciosos ojos, del mismo azul que los de Josh ahora están sin vida, miran a la nada sin poder pestañear.

Y de repente me viene una imagen a la cabeza, en ella está Lucy y Josh inmóviles tirados en el suelo, muertos. Se me hace imposible parar de llorar. Pero con la rapidez con la que ha aparecido, se marcha.

Lloro, hasta que tengo los ojos hinchados y rojos, veo por el rabillo del ojo que Josh tiene el mismo aspecto que yo.

Pero no podemos ni permitirnos esto, se levanta del suelo y me da la mano para ayudarme a levantarme, cojo su mano y me doy cuenta de que tiembla mucho, y me levanto.

-Deberíamos limpiarla y organizar el entierro lo más pronto posible- dice Josh.

No puedo contestar, jamás pensé que pasaría esto me salen las lágrimas Lucy a muerto, ella y yo siempre habíamos pensado que moriríamos de mayores, nunca hemos pensado que nos asesinarían, esto debe de ser solo un aviso de lo que nos podría pasar a Josh y a mí, si mis padres han traído aquí a Lucy no es buena señal, saben dónde estamos.
Cada vez lloro más, pero es por muchas cosas a la vez, por Lucy, por el miedo a que me maten, o por el miedo a que le hagan algo a Josh.

Él se da cuenta que no puedo parar de llorar, y se acerca a mí, y me abraza. Consigo tranquilizarme un poco pero aun así sé que me costará superar todo esto.

-Josh deberíamos enterrar a Lucy de la forma más bonita y rápida posible. Tenemos que irnos de esta casa lo más rápido posible, si la han traído aquí, es porque saben que estábamos nosotros.

-Ya lo sé Rose.

-Voy a lavarle las heridas un poco, a Lucy no le gustaría irse así- digo llorando, Josh se aparta de mí.

-Está bien, voy a preparar lo demás-dice con voz triste. Me paso los siguientes cuarenta y cinco minutos lavándole la ensangrentada ropa a Lucy, e intentando curarle las heridas, para que su cadáver no que enterrado así, ya que a Josh y a mí, también nos gustaría recordarla tal y como era ella antes, alegre, simpática y despreocupada, pero también responsable.

Una vez las heridas de Lucy estaban más o menos limpias, pienso que no podemos enterrarla tal y como va vestida, le he lavado la ropa sí, pero las manchas de sangre seca de su camisa y pantalones no se van.

A parte tiene la ropa rota, así que decido entrar en la casa para buscar algo de ropa para Lucy.

Registro todas las habitaciones en busca de ropa. Al cabo de media hora hora, me doy por vencida, no hay nada en ninguna de las habitaciones. De repente me acuerdo de la habitación del fondo del pasillo, estaba cerrada y por eso no he podido entrar, pero como es la única que queda intento volver a abrirla.

Llevo un buen rato forzando la puerta hasta que consigo abrirla, pero no hay ningún armario en la habitación, tan solo hay un colchón sobre el somier, debajo de una ventana; al lado izquierdo de la habitación veo una puerta, así que me dirijo hasta ella.
Al abrirla, solo veo unas escaleras que asciende, por lo visto hay una buhardilla.

La buhardilla de techos bajos y está repleta de trastos, la mayoría cajas. La sala, esta iluminada únicamente por la luz de la claraboya situada en la parte más alta del tajado, pero como el techo es tan bajo, la alcanzo fácilmente y la abro para que entre más luz.

Aproximadamente llevaré veinte minutos buscando entre las cajas y viejos baúles llenos de ropa, pero no hay nada que me convenza, hasta que encuentro un vestido blanco de seda; es de manga larga y ancha al final, es ceñido por la cintura y cae en vuelo hasta el suelo, tiene un escote en forma de V que llega hasta el pecho; me encanta, así que decido que ese vestido es perfecto para Lucy.

El EncuentroWhere stories live. Discover now