Epílogo

287 59 11
                                    

A pesar de estar dentro del coche, hace frío. No sé con exactitud cuánto tiempo estamos aquí dentro, pero sabes que no me importa.

Me limito a cerrar los ojos y pensar en lo ocurrido, mientras escucho el sonido del motor del coche avanzar por la nacional.

Pienso en todo lo que me ha ocurrido, pienso en las personas que me están llevando a lo que ellos dicen: Un lugar mejor para ti.

Pienso en mis sentimientos, en mis padres. Pero sobre todo pienso en Josh.

Sé que hace un rato, estaba muy enfadada con Josh, y lo sigo estando. Pero al menos tenerlo me consolaba no estaba del todo sola, tenía a alguien de confianza, a pesar de lo que me ha contado hoy, de que me ha roto el corazón, pero ahora ya no tengo a nadie.

Nadie en quien confiar salvo en mi misma, y quizás ni eso. Al pensar eso me entran ganas de llorar, pero no debo hacerlo, debo mostrarme fuerte, valiente, segura de mi misma y debo luchar, aunque dentro de mi sea justamente lo contrario.

Cuando el hombre ese abrió la puerta de la habitación de Josh en el hospital, ya sabía yo que esto no tenía buena pinta, pero jamás me imaginé que me llevaría con ellos a un ligar de donde nadie se puede escapar. Esto no me podía ocurrir a mí, solo soy una chica de diecisiete años, una adolescente a la que le gustaría tener una vida normal, disfrutar con mis amigas y tener un novio al cual le importase. Pero no, el mundo no es una fábrica de conceder deseos. El coche se para y me abren la puerta de atrás para que baje del coche negro en el que iba subida.

-Venga niña baja ya, hemos llegado.

No tenía ganas de bajar, no quería en absoluto esto pero aun así sin oponer resistencia me decidí y bajé del coche. Donde me esperaba el infierno.

El EncuentroWhere stories live. Discover now