Suspiro

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Era una mañana tranquila en Vongola, los jefes de las familias se habían retirados tras esa noche para resolver varios asuntos teniendo la promesa de volver lo antes posible para arreglar las cosas con su cielo

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Era una mañana tranquila en Vongola, los jefes de las familias se habían retirados tras esa noche para resolver varios asuntos teniendo la promesa de volver lo antes posible para arreglar las cosas con su cielo. En el comedor "pequeño" de la mansión se podía apreciar a un joven de oscuros cabellos, tenía un pantalón negro con una camisa blanca remangada y un pequeño saco azul oscuro, sus ojos se encontraban detrás de unos pequeños lentes poniendo toda su atención a la laptop al frente de él y rodeándolo varias carpetas y documentos esparcidos a lo largo de la mesa

Dio un breve suspiro mientras acercaba nuevos documentos y se acomodaba aquellas ropas, ciertamente le eran más cómodas sus ropas de costumbres pero tras la pelea de la noche anterior están se encontraban manchadas y fueron llevadas por Gilda-san para lavarlas, no se esperó que la pelirroja se las quitara y pusiera otras en su lugar alegando que no debía usar tanto negro.

Los guardianes se acercaron con algo de timidez, excepto por Hibari y Mukuro quienes se habían sentado casi inmediatamente después de entrar disimulando muy bien su nerviosismo ya que como los demás habían buscado al joven cielo en su habitación y al no encontrarlo en el comedor principal tras varios minutos lo pudieron encontrar en el que utilizaban como reserva cuando llegaban a destruir los demás, imitando a los mayores decidieron tomar asiento en la mesa clavando su mirada en aquel cielo que no había despegado ni un segundo sus ojos de aquellos documentos, aquellos ojos color avellana se movían rápidamente mientras los archivos pasaban a una gran velocidad

-Jun... Tsuna - hablo temeroso la tormenta. El joven no le presto la menor atención

-Sawada- el intento fue ahora del boxeador consiguiendo el mismo resultado

Antes de que algún otro intentara llamarlo, la comida llegaba y sin mucho cuidado fue depositada en la mesa, a excepción de cierto café que le era servido al pelinegro - gracias Angela-san - hablo el cielo con tono amable

-de nada Tsuna-san , en un momento le traeré un aperitivo - sonrió ella mientras se retiraba dejando nuevamente solos a los guardianes y al cielo, aunque no por mucho tiempo ya que cierto hitman ingreso por las puertas y notando rápidamente el ambiente se sentó en la mesa

-dame-Tsuna- fue ignorado - Dame-Tsuna- hablo nuevamente - Contesta - acabando con su paciencia saco a su amigo convertido en pistola

-que quieres arcobaleno - hablo el cielo sin despegar los ojos de aquel dispositivo

-más tarde se tendrá una junta para poder ver todos los archivos relacionados con aquella familia-

-no ire-

-vas a ir si es que quieres tener la información- contesto irritado

-ya la tengo-

-que- contesto sorprendido la tormenta

Ante esa reacción el cielo dio una sonrisa burlona despejando por fin sus ojos de aquellos papeles - en serio su seguridad es un chiste - aventó los documentos a los demás, mostrando los datos de la familia enemiga - también su información, en serio esto es lo que la mafia más grande ha podido encontrar - nuevamente bajo su mirada descartando toda la información inservible. Pero al ser nuevamente el centro de aquella atención les dio una mirada fria a través de aquellos lentes ocasionando un escalofrió en los que se encontraban más cerca consiguiendo su objetivo, pero después de unos breves minutos la atención nuevamente se concentraba en su persona, ante eso solo suspiro y cerro fuertemente la portátil - llámenme solamente si tiene información que valga la pena - sin decir más se fue solo dejando un par de documentos

Nocturno CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora