Visitantes

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Visitantes
Estaba acostado en una habitación, su cabeza sobresalía en caída libre mientras que su cuerpo se encontraba estirado en la pequeña cama, ambos brazos estirados, su mirada hacia el techo por un segundo la desvió a la ventana, el sol iluminaba el cuarto, afuera se podían escuchar risas de niños, volvió a mirar el techo y suspiro
-¿podrías dejar de hacer eso? – su acompañante inmerso en varios papeles y tubos de su escritorio el cual ocupaba el mayor espacio de aquella pequeña habitación, giro su silla para ver a aquel joven en su cama – necesito concentrarme – y volví a su papeles
-no seas mentiroso tú puedes concentrarte incluso con una bomba cerca – ironizo no creyendo sus palabras, el silencio volvió a aparecer y después de unos minutos el volvió a suspirar
Su acompañante se giró nuevamente –  la envié –
-he – se levantó rápidamente – de don..-
-la encontré – hizo un bufido – ¿olvidas con quien estas? - la pregunta parecía responder todas las dudas, antes de que se quisiera volver a acostar fue interrumpido – deberías volver -  callando lo que iba a decir el otro interrumpió – ellos van a ir –
-¿Cuándo?-
-son ellos, ¿crees que avisarían? – el joven asintió – es mejor que vayas a recibirlos – volvió a asentir y camino hacia la puerta el otro le siguió 
-nos vemos – se despidió el joven, despues de unos segundos se escuchó el sonido de la moto alejándose, su acompañante solo vio la ventana
-me encantaría ver sus expresiones -  su sonrisa se extendió de oreja a oreja al imaginarlo – bueno es hora de volver al trabajo – rasco su cabello y se enfocó en los tubos de ensayo a su lado
……………………………………
Era la media noche en la mansión Vongola, todos se encontraban durmiendo, Tanaka  estaba deambulando por los pasillos, no había podido dormir bien, a lo lejos escucho ruido y se encamino con sumo sigilo a la cocina, tras asomar un ojo bajo completamente su guardia, una sonrisa se dibujó en sus labios.
Junto a la estufa de la gran cocina de Vongola se encontraba un joven pelinegro concentrado en una pequeña olla, movía el cucharon con sumo cuidado y delicadez, tras una probada, agrego varios ingredientes y volvió a revolver
-Tsuna-san – entro el peliblanco acercándose a la estufa – huele delicioso –
-hola Tanaka-san – sonrió como solo el podía, cuando se enfocaba en su labor de cocinar se notaba la calma en sus facciones – le gustaría un poco –
-me encantaría – sonrió y tomo lugar en la mesa a sabiendas de que el pelinegro no le dejaría servir y atenderlo. Tras oler la sopa de miso la probo junto al joven dándoles a los dos un sentimiento de hogar – sabe realmente bien –
-lo se – hubo un pequeño silencio en lo que los dos comían pero no uno incomodo – probablemente lo herede -  Tanaka se levantó para empezar a prepararles un café –  ¿no va a preguntar nada? – sus ojos enfocados en la sopa
Tanaka le ofreció el café y se sentó nuevamente frente a el – tal como yo lo veo, no hay nada que preguntar – el joven levanto su mirada – le repetiré lo que le dije cuando nos encontramos …. Lo importante es que usted está aquí, despues habrá tiempo para preguntas – sorbio un poco de café y le sonrió de forma paternal
El joven no pudo evitar sonreír – ¿le gustaría un poco mas? – ofreció parándose 
-me encantaría Tsuna-sam … Tsuna-san – se corrigió 
-tanto extrañaste mi compañía – uso un tono burlón mientras tomaba otro sorbo de café, el hitman estaba a punto de sacar a su viejo amigo en forma de pistola, pero fue interrumpido por un ruido que provenía fuera de la mansión - llego – dijo en un tono muy bajo pero escuchado por todos
Con tranquilidad el cielo se levantó del sofá no sin antes acabarse el ultimo pedazo de pastel, de debajo de la mesa a su lado saco un portafolio plateado y salió rumbo a los jardines
Los guardianes y el arcobaleno le siguieron enseguida, quisieron preguntarle algo más, pero al ver la cara seria del cielo decidieron seguirlo primero y preguntar despues.
………………………
Se sorprendieron al ver un helicóptero negro volando sobre el cielo de la mansión, el helicóptero empezo a descender sobre el amplio jardín que más bien parecía pradera. Al verlo los guardianes se pusieron en posición de pelea al no saber de quien se trataba, más aun por el hecho de estar en la propiedad de Vongola sin ser detectado, las alarmas debieron indicarles su presencia mucho antes de que estuvieran a la vista
-tranquilos – desviaron su vista a Tanaka quien se encontraba junto a Gilda y Patrick -   yo les permití el paso-
- ¿Quiénes son? -  pregunto el hitman
-no hay por qué preocuparse son conocidos de Tsuna-san… creo – Patrick dijo lo último más bajo, en la mañana que se habían encontrado con el pelinegro les menciono que vendría alguien a la mansión por lo que no tenían que preocuparse por si llegaban a escuchar algo, en realidad se encontraban igual de confundidos que los guardianes ya que no sabían que era lo que pasaba
Cuando el helicóptero decenio bajaron 5 personas incluyendo al piloto, al frente de todos se encontraba un hombre peliblanco de piel pálida, vestía un traje negro que asentaba más su tono de piel, sus ojos de un color azul grisáceo , no aparentaba más de 35 años, al lado una mujer rubia con el cabello hasta los hombros ojos de un color ámbar con una expresión seria, al lado contrario un hombre de cabellos castaños con ojos del mismo color vestía un pantalón militar con una playera color negro, detrás de ellos se encontraba el piloto al quitarse el casco vieron un hombre joven de alrededor de 25 años con ropas cómodas cabellos negros y ojos grises, mas atrás se encontraba una mujer vestida igual con ropas militares pero de color negro, su cabello largo hasta la cintura de un color negro amarrado en una coleta
Reborn al igual que los demás se encontraban sorprendidos frente a ellos se encontraba Kasper Hekmatyar* famoso traficante de armas

Nocturno CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora