Hoy vuelvo en el tiempo a cuando nos regalaban dulces cada que contestábamos bien una operación de matemáticas, sus ojos viven en mi memoria tan brillantes como la primera vez que tuve la capacidad de admirarlos.
¿Por qué no viven para siempre? Me rompe el corazón que se vayan, sus mismas facciones y tan distintas almas, un te quiero no es suficiente, quédate y di todas las ocurrencias que haz dicho desde que supiste cómo hacerlo.
Levántate, rodéame con tus brazos, cuéntame historias y recuérdame por qué sigo aquí, no puedes irte ahora, no cuando más te necesito. No pueden hacerme esto de nuevo.
Abre los ojos y búrlate de mi abuelo, prepara la cena aunque no sea Año Nuevo y atácate de risa toda la tarde con lo que yo diga.
Déjame agarrar tu papada arrugada, dime hijo de la chingada y luego ríe a carcajadas como siempre que te veo. Juguemos no te encabrones y encabronate porque no te dejamos ganar a gusto.
Regálame unos años más para hacerte sentir orgullosa y dejar de tomar. Sé que mi abuela te necesita allá arriba, pero aún no te vayas hay muchos planes que te incluyen.
No las puedo perder a ambas, no te vayas.