Capitulo 2

4 0 0
                                    

Sus ojos se posaban firmemente sobre aquel pequeño anunció que había tomado de algún repartidor de comerciales. SeHun se encontraba sentado sobre una banca, leyendo aquel cartel que había recibido. Estupidas propagandas. Pensó, al notar lo poco convéncente que era el mismo.

Sin más que leer, o mejor dicho, sin querer leer más, arrugo aquel papel entre sus manos, luego arrojándolo a donde sea que haya caído. Sus manos se colocaron sobre su bolsillo, tomando una caja de cigarros. Sus hombros se sentían tensos; definitivamente trabajar en lo suyo no era fácil. Su única fuente de dinero era aquel sucio trabajo que lo llevaba sosteniendo los últimos dos años. Era un caza recompensas. Lo que sea por dinero. Matar, robar, entregas, o simplemente vigilar a alguien. Todo por dinero. Aquel día se había visto obligado a secuestrar a algun chico. Ni siquiera sabía su nombre, solo recordaba las palabras de JongIn, aquel que le daba órdenes de aquellas repugnantes tareas. "No obedeció, y ya sabes lo que significa. Lo quiero aquí; amordazado y malherido. Pero lo más importante, Oh, lo quiero vivo."

Y así hizo, solo un par de horas y ya lo había entregado, justo como JongIn había ordenado.

Al terminar su cigarro, sus sentidos le hacían detectar que no estaba solo en aquel lugar. Es decir, era obvio, se encontraba en medio de las rellenadas calles de Seúl, mas juraba que estaba siendo vigilado.

Y esa vez, juró que pudo sentirse así como se sentían sus tareas, sus victimas. O su mente le jugaba una mala broma, como un cargo de conciencia, o la ley del karma jugaba con él. De alguna manera sentía que la última opción aplicaba a aquella situación. Se tensó un poco, incorporándose en aquel banco con algo de disimulo.

Miro a la derecha; nada.
Miro a la izquierda, nada.

¿Me estoy volviendo loco? Pensó en sus adentros, con cierta ironía.

Arrojó su cigarro justo como hizo con aquel anunció barato. Fue entonces cuando logró escuchar algo chocar contra el suelo. Giró su mirada y alcanzó a ver la silueta de una persona por entre la gente, con paso apresurado, entrando a uno de los callejones de aquellas calles. Aquel vestía de negro; lo suficiente llamativo para obtener la atención de SeHun.

Sabía que alguien le vigilaba.

Nuevamente miró a sus lados, simulando buscar quien en realidad lo observaba; más en su mente sabía que era aquel tipo del callejón.

Segundos después, se levanto de la banca. Sabía que aquel seguía allí, en el mismo lugar, así que posando su mano sobre su costado, donde guardaba una cuchilla, lo suficiente para defenderse, comenzó a caminar desaprensara do a aquel callejón.

LuHan miraba su cámara de manera preocupante. Sus fotos cayeron sobre el suelo. Temía ser atrapado. Aquel callejón había sido su única escapatoria, y al ver las confusas miradas que aquel chico a quien vigilaba, brindaba a su alrededor, dio por hecho que había logrado escapar con éxito antes de que éste le encontraba.

Pero qué equivocado estaba.

Maldijo en su mente al ver que el lente de su cámara de había roto.

Maldijo de nuevo al ver el desastre de fotos que yacían sobre el suelo.

Se agachó para recogerlas. Agradeció que aquellas fotos no estuvieran reveladas, sino en negro, ya que estaba en público y que alguien mirara que fotografiaba a personas como un trabajo sin consentimiento de las mismas no era algo muy conveniente en aquel momento. Tomó las fotos una por una, hasta que chocó con una mano desconocida. Se sobresaltó inmediatamente, ¿quién estaba alli?

-¿Necesitas ayuda?- preguntó una voz grave, pero a la vez agradable para su gusto, aunque igual le hubiera hecho temer un poco.

Levantó la mirada levemente, ajustando la capucha que llevaba para poder ocultar su rostro de forma segura. Sus ojos se ensancharon al descubrir de quién se trataba, era él. El de sus fotos, su objetivo. ¡Lo había descubierto! Pero... ¿Porque le ofrecía ayuda? Su rostro se lleno de confusión en el momento que aquella pregunta se asomó por su mente.

Sin poder hablar, debido a los nervios, negó con su cabeza, volviendo a bajar la mirada para no dejar visible su rostro.

-Oh.. Tu cámara no se ve bien.- mencionó el contrario, tomando sin consentimiento alguno, y con algo de curiosidad, la misma.

Los nervios de LuHan aumentaron, estirando sus brazos inmediatamente para arrebatar su cámara de las manos del menor.

-No la tomes, está perfectamente bien.- respondió con voz temblorosa, tomando su cámara con ambas manos para luego cargarla bajo su brazo.

-Ese lente dice lo contrario.- solo una pequeña risa, algo irritante para LuHan.

-No es de tu incumbencia.-

-¿Te gusta fotografiar? Tienes muchas fotos aquí.- volvió a curiosear SeHun, aunque la verdad fuera que, queria descubrir quién era aquel chico.

O mejor dicho, aquel Ángel.

Dios, aquel rostro era demasiado angelical para ser real, aunque no logró apreciarlo completamente debido a las oscuras ropas que llevaba, y aquella molestosa capucha que le impedía comprobar si cierta belleza era verdadera. Las sospechas que tenía de aquel chico desaparecieron, incluso llegó a pensar que solo había sido un presentimiento, aquella sensación de que se encontraba siendo vigilado. A la cual no le dio importancia. Incluso su voz, tan dulce, le hizo creer que comenzaba a volverse loco. Además, ¿cuán peligroso podía ser él? Sin dudas, se mostraba como el ser más inocente del mundo; vale decir que estaba en lo erróneo.

¿Cuál es su nombre? ¿Dónde vive? ¿Volverá a verlo? Aquellas dudas rondaban la cabeza tan ocupada de SeHun. Aunque la actitud del chino hacia él fuera un tanto desagradable, eso no le molestaba en lo absoluto.

De hecho, le parecía tierno verlo así.

Si, definitivamente se estaba volviendo loco.

Luego de unos segundos, LuHan solo asintió a su pregunta, tomando con prisa las fotografías del suelo.

-¿Trabajas para alguna editorial? O, no me digas, ¿tienes galerías?- preguntó SeHun sin rodeos, sin querer irse de allí.

-Trabajo por mi cuenta.- fue lo único que el contrario pudo responder, finalmente levantándose del suelo para irse.

La leve y apenas notable sonrisa que SeHun le brindaba a LuHan desapareció al ver el desinterés que el opuesto tenía por el.

-¡Espera!- exclamó rápidamente, tomando el antebrazo del contrario a la vez que le hacía voltearse, logrando finalmente hacer que aquella capucha descubriera el rostro del mayor. Sus ojos miraban con adoración los ojos ajenos, aquel color avellana que poseían les parecía tan suaves y dulces. Sus ojos luego bajaron hasta sus labios, y algo de lujuria cruzó su mente, mas no fue algo fuera de lo normal.

-¿Q-qué te sucede?- mencionó con un hilo de voz, al notar cómo le miraba el menor.

Este simplemente negó. No sabía qué decir, no tenía nada que decir. Solo quería fotografiar aquel rostro en su memoria, para siempre si fuera posible.

-Debo irme. - mencionó el mayor con algo más de seguridad, logrando zafarse del agarre ajeno.

Sin más que decir, agarró con firmeza su cámara, y caminó a paso apresurado fuera de aquel callejón, dejando a un SeHun con la palabra en la boca, y con, según él, la imagen más hermosa vista grabada en su cabeza. LuHan, definitivamente era lo más hermoso. Y haría lo que fuera por encontrárselo de nuevo, por conocerlo, y por saber su nombre. Podría ser un desconocido, pero sentía que debía hacerlo. Y lo haría. Estaba seguro de eso.

photograph. | hunhanWhere stories live. Discover now