26 Cambio drastico.

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Ya había pasado exactamente un dia desde todo lo sucedido.

Sasuke estaba caminó a Australia, Menma y Charasuke le habían dado la llave del departamento. En la universidad avisó que no iría más. Hablo con Fugaku y el le daría Trabajo en la empresa la cuál estaba en Autralia. Todo parecia ir bastante bien para el futuro de Sasuke... Pero en aquél futuro tal vez Naruto no estaría incluido y eso realmente lo mataba.

Se había ido sin despedirse de el, no obstante, cogió un poco de dinero y se dirigió hacia la veterinaria, allí compro dos perros pitbull los cuáles serían entregados a Kushina cuándo cumplieran sus 45 días. Ambos eran hermanos, da la casualidad de que uno de color gris tenia la personalidad de Sasuke y uno de color blanco la personalidad de Naruto. Tal vez era una simple coincidencia o tal vez no, pero sea como sea. Sasuke dejo a ambos a cargo de Naruto para que los cuidara en su ausencia y aparte podrían remplazar la perdida de Kurama. Le dolia demasiado todo.

Sasuke se encontraba sentado en su asiento de pasajero leyendo una revista. Su cuerpo estaba allí pero su mente estaba divagando por su antigua casa, dónde Naruto estaba. Se sentía frustrado. Sus planes, su felicidad, ¡todo! Se había caido por la borda.

-Disculpé ¿Se siente bien? -Pregunto una de las azafatas.

Sin darse cuenta, estaba llorando. Tal vez estaba tan sumido en sus pensamientos que no notó cuando comenzó a llorar en silenció.

-Eh? Si, claro. -Afirmó con una sonrisa bastante falsa.

La azafata asintió con una sonrisa para luego seguír caminando por el pasillo.

7 meses después :'v
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-¿Naru? -Pregunto Kushina mientras se asomaba por detras de la puerta.

Sin moverse ni un milímetros de su posición fetal sobre la cama, susurro un "¿Si?" a lo que permitió a Kushina entrar a la habitación.

-Emm, es sobre los perros...-Kushina intento seguír hablando pero fue interrumpida por Naruto.

-Mamá, ¡ya hablamos sobre ese tema! ¿Quieres que lo repita? ¡Esta bien! ¡No voy a aceptar esos estupidos perros! -Se levantó bruscamente de su cama, mirando con incredulidad a su madre.

-Pero ellos no tienen la culpa de que Sasuke... De lo que el te haiga hecho eso.

-¡No lo menciones mujer! Sabes perfectamente que lo odio y no voy a aceptar ni un simple globo de el. Menos aquéllos perros sarnosos que me hacen acordar tanto a el. Sobre todo el estupido Takeshi.-Espetó furioso.

Naruto con ayuda de un psicólogo, pudo superar aquél trauma, perdiendo el miedo que le generaba solo escuchar "Sasuke" lo había logrado en un tiempo bastante récord. Claro el miedo se había ido, pero, fue reemplazado por odió y rencor hacia el azabache.

-¡Basta jovencito! ¡No permitiré que me hables asi! -Exclamó Kushina recibiendo una mirada desafiante por parte de Naruto.

-¿Que haras entonces? -rio irónicamente. -¿Llorar?

Kushina avanzó hacía Naruto mientras mordía su labio y con su mano izquierda, abofeteó a Naruto dándole vuelta la cara.
Luego reaccionó a lo que habia hecho he intento disculparse.

-Na-naruto! ¡Perdóname por favor! -Rogó con sus manos mientras sus ojos se volvían cristalinos.

Los ojos de Naruto se clavaron en los de su madre, con una mirada fría y llena de rencor. Como cristales atravezando el alma de Kushina.

-Alejate de mi, eres igual que todos. -Espetó pasando sobre ella de no ser por que Kushina sostuvo su brazo pidiendo perdón.

-¡Perdóname hijo! -Cayó de rodillas al suelo.

-¡Suéltame mujer! -Tiro de su brazo para luego salir de la habitación hecho una furia. Dejando a su madre en el suelo llorando.

Ya no era el mismo, y nunca lo seria de nuevo.

Cuándo Naruto esta a punto de cruzar la puerta, Hayato apareció al frente de el, gruñiendolo. Sabia que ese perro de tan solo 4 meses no le haría ningun daño, si, Hayato era grande, pero Naruto era aún mas grande y Hayato no mordía, Naruto si.

-¡Correte, saco de mierda! -Exclamó al perro quién permanecío sin pestañar sobre la puerta impidiendo su salida.

Sin pensarlo dos veces, Naruto hizo un envión con su pierna derecha y propinó una gran patada en las costillas del perro provocando que este llorará mientras caía al suelo.

Al ver que no obtuvo resultado, Naruto volvió a golpearlo, y golpearlo hasta que se quitará de su caminó. Ya habían sido 5 golpes con suma potencia, pero Hayato permanecía inmóvil, era persistente.

En ese momento, justo cuando estaba a punto de golpearlo de nuevo, un gran perro gris ladro desde las escaleras. Takeshi tenía un poco de odio a Naruto, el siempre golpeaba a Hayato, su hermano menor, pero Takeshi cada vez que tenía oportunidad mordía al rubio, una vez hasta logro que le hicieran 3 puntos en el brazo.

Sin pensar dos veces, Takeshi comenzó a correr hacia Naruto dispuesto a morderle el cuello, pero cuándo estaba a centímetros de el, la voz de Kushina lo detuvo.

-¡Takeshi, no! -Exclamo desde lo alto de las escaleras.

El perro frenó. Por más que sus ansias por destrozar a Naruto fueran inmensas, el haría casó.

Naruto aprovechó la situación y salio de allí corriendo. Rapidamente, Kushina bajo las escaleras y corrio hacia Hayato, el estaba con un poco de sangre en su boca. Rápidamente lo cargo con un poco de dificultad en sus brazos y corrió hacia la cochera, siendo perseguida por Takeshi.

-Se buen chicó y quédate aquí cuidando la casa si?-Sonrió amargamente Kushina recibiendo una lamida por parte de Takeshi. Una vez subio al auto dejando a Hayato en la parte trasera mientras la puerta de la cochera se subia automáticamente para asi poder sacar el auto.

Takeshi se sentó a esperar en la cochera observando como el auto se alejaba lentamente de casa. Kushina había olvidado volver a cerrar la puerta de la cochera, pero no tenía importancia. Takeshi cuidaría todo muy bien.

Las horas pasaron y Takeshi seguía firmemente sentado esperando, no se movería por nada del mundo.

Mientras tanto, Naruto reia con sus "amigos" en una plaza. Uno de ellos le había ofrecido Cannabis o mejor conocido como "Marihuana" por supuesto acepto. Le encantaba aquella droga, siempre fumaba aquello cuándo se sentía mal.

Todos reían debido a el efecto de las diversas drogas con las cuales trataban.

La Hermandad No Es Lo Único Que Nos UneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora