Dragones Contra Ángeles.

Muerte fria.

Al finalizar la misión con los cola de plata, William estaba exhausto, se quedaba dormido por ratos, pero el dolor de su brazo lo despertaba, ya no perdía sangre pero le incomodaba sentirse herido.

En el norte de la región 1,en la antigua Alaska la misión apenas comenzaba, Max miraba asombrado los glaciares que se alzaban de entre las gélidas aguas, eran picos de hielo que parecían resultado de alguna explosión, el frio era abrumador, los cristales se llenaban de hielo, todos llevaban ropa especial para estas misiones, abrigos de piel de color blanco que los cubrían desde los pies hasta el cuello, con una capa de material térmico. Sobrevolaban un desierto de hielo, donde la nieve había recuperado su territorio.

—Disculpe caballero Fernand, ¿esos glaciares en forma de puntas son naturales?— pregunto Max mientras se frotaba los brazos

—Solo los pequeños, los más grandes fueron creados por dragones, los dragones de hielo no escupen fuego obviamente, escupen un liquido parecido al agua que se congela instantáneamente cualquier cosa, así que mucho cuidado, no quiero cargar con figuras de hielo al panal— dijo el caballero Fernand, que parecía no afectarse por el frio

Max miraba interesado al chico que había sido escogido junto a el, era un chico de 17 años de cabello castaño claro, un poco largo que cubría su frente, rizado, de piel morena clara, con algunas pecas en todo el rostro, de ojos negros pequeños y alargados, de cuerpo delgado, pequeño de estatura con el uniforme de cazador y el mismo abrigo.

—Hola, mi nombre es Mike landwick, eres amigo de William verdad, me encanta tu estilo de pelea algo salvaje cuando pierdes el control, eres un gran luchador, eso de enfrentarte a un caballero, es un gran honor estar con un prodigio como tu— dijo Mike, mientras Max lo miraba pensando en todo lo que decía este chico

—Gracias Mike, pero tú también eres uno de los mejores cuchillos, me sorprendes, ¿de qué región eres?— pregunto Max

—De la región 5 ahí se dedica la gente a todo lo posible, ganado, agricultura, armas, ahí no sufrimos mucho por los dragones, un día encontré un dragón escondido en el bosque que esta fuera del muro de mi villa, era un dragón verde aunque no sentí miedo y más increíble aun no me ataco, creo no me considero un peligro— dijo Mike moviendo rápidamente su boca después de cada palabra

—Espera, tuviste un dragón enfrente y no te ataco— dijo Max reacomodándose sus gafas

—En serio aunque no recuerdo mucho, solo que acaricie su nariz— dijo Mike con una sonrisa

—Caballero Fernand, ¿existen dragones pacíficos?— pregunto Max

—Ningún dragón es pacífico, el propósito de todos es matar, nunca duden en matar un dragón, porque ellos no lo duraran— dijo el caballero Fernand con un tono molesto.

—Maestro Fernand, no todos los dragones son malos, de los miles que existen alguno debe de ser bueno— dijo Mike mientras desaparecía su sonrisa

—Basta no existen dragones buenos, ya guarden silencio cazadores, si siguen pensando así no vivirán mucho— dijo el caballero mientras cruzaba los brazos

Solo el sonido del motor se escuchaba en ambiente, después de unas horas de calma el helicóptero descendió en lo que era una isla de hielo. Al salir Max y Mike se quedaron embobados al ver los pilares de hielo por todas partes, un viento helado recorría toda esa zona, el frio era más intenso, el caballero Fernand se frotaba mientras hacia una seña con los brazos para que todos se acercaran.

—Este es el plan, el caballero Bine dirigirá la misión, todos ustedes lo acompañaran, yo me quedare aquí en el helicóptero, ya que si algo le sucede duraremos semanas en volver— dijo el caballero Fernand