Libertad

253 18 0
                                    

Horas de la mañana Stark recibió en paquete que no tenia remitente, ni algún dato que diera pista de donde provenía. El pelinegro se encuentra con una carta:

Tony.

Me alegra que hayas regresado al complejo, no me gusta la idea de que deambules en una mansión. Necesitas una familia. Los vengadores son la tuya, más que mía. Me he cuidado solo desde los dieciocho, la verdad nunca encajé en ningún lado, ni en el ejército. Mi fe se centra en la gente, supongo, individuos. Y me atrevería a decir que en su mayoría no me han decepcionado, y por eso tampoco los decepcionaré.

Las cerraduras se reemplazan pero tal vez no deberían. Sé que te lastime Tony. Supongo que creí que al no decirte lo de tus padres te estaba protegiendo, pero ahora entiendo que yo me estaba protegiendo, y lo siento. Espero que algún día tú lo entiendas.

Que mal que no coincidimos con los acuerdos, me hubiera gustado. Sé que crees en lo que estás haciendo y es todo lo que puedes hacer, es lo que todos deberíamos hacer.

Sé que no importa que sea, te prometo que si nos necesitas, si me necesitas...

Ahí estaré.

El paquete venia de Steve Rogers, el mismísimo Capitán América, quien estaba en proceso de una de las misiones mas importante de su larga vida. No era de esperarse que Romanoff supiera como entrar a la perfección a la prisión La Balsa, la araña supo escabullirse y en menos de un par de hora había tumbado el sistema y a los guardias de seguridad para darle paso a Rogers para encontrarse con el equipo. La acción fue silenciosa pero algo agotadora, pero antes de empezar Steve había escrito y preparado un paquete para Stark, en la cual venia una carta junto a un móvil para que de esta forma localizara al rubio. Su intención era remendar el dolor que produjo, sabia que era una acción muy simple pero pronto se verían la cara nuevamente.

Los integrantes de Los Vengadores estaban callados y mirando la nada, era un día mas. Hay personas que no son fans de las cosas inesperadas, pero otras si. Por eso las sorpresas son agradables, llegan cuando menos te las esperas. El moreno sintió que alguien lo miraba, volteo lentamente y percibió que de entre las sombras caminaba hacia la luz el rubio, el famoso Capitán América. Cuestión de segundos para que el pelinegro recibe una llamada prioritaria del Secretario Ross avisando de un escape.


Amantes InocentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora