Sus ojos oscuros escrutaban la inmensidad del universo, perdidos entre mil estrellas sin nombre, en su mundo, donde siempre había encontrado paz y sosiego, donde fue feliz y donde descubrió una vez más el significado de enamorarse.
Sobre esa silla elevada dado su rango, observaba las estrellas mientras, de tanto en tanto, sus ojos se dirigían a su diligente tripulación, su rumbo era Siracusa una vez más, después de cuatro años bajo las órdenes del Rey David, liberando uno a uno cada planeta que aun era sometido por los hombres de Cora. Tras cuatro años volvía a casa portando en la Villian el estandarte real y tras ella la flota que se había unido a su causa durante esos últimos años.
Atrás quedaba la contrabandista, la ladrona que solo pensaba en el oro y el calor de las mujeres en su lecho, atrás quedaban las heridas, las pesadillas, ella era diferente, tan solo las leves arrugas de expresión marcaban dicha diferencia en su rostro de rasgos perfectos mas todo aquel que la conoció sabía que Regina no era la misma y todo fue por ella, por Emma, la princesa que consiguió traspasar su coraza haciéndole creer en el amor una vez más.
Había mantenido el contacto con David dese el día de la coronación, desde que la incitó a perseguir su felicidad, a ser ella misma, pasara el tiempo que pasara jamás podría terminar de agradecerle ese gesto. Recordaba con nitidez cada acontecimiento, como corrió a la Villian, como entró con prisa y el aliento agitado, aun llevando bajo su chaqueta marrón el traje que pensaba usar en la coronación, recordaba el brillo en los ojos de su princesa en el puente de mando, como besó sus labios, de forma apasionada, como toda la tripulación se la quedó mirando y ella, con una sonrisa, marcó el rumbo, iniciando así su nueva vida, una vida lejos del dolor, una vida junto a Emma.
Volviendo a la realidad sus ojos se posaron en la pantalla, la conexión con Luci era perpetua, jamás se cortaba ya que su nave parecía una extensión de la Villian. Tanto Luci como diana hicieron suyos los propósitos de Regina tras Siracusa, el éxito en esa empresa provocó un creciente sentimiento de lealtad difícil de romper, la seguirían al fin del mundo sin dudarlo y eso mismo habían hecho, se habían integrado sin quererlo a esa extraña familia que vagaba por la galaxia portando el mensaje de libertad que tantos planetas ansiaban.
Poco a poco fueron coronando el universo, terminando con los hombres de Cora sin mucha dificultad ya que teniendo ante ellos a Regina, reconociéndola como la auténtica heredera de Siracusa y sabiendo que ella había derrocado a la tirana, se rendían sin más, a pesar de que en muchos lugares los estragos que esos hombres codiciosos habían causado eran irreparables, muchos planetas fueron destruidos en ese arduo camino a la paz y la libertad.
Su fama creció considerablemente, su nombre fue pasando de boca en boca por comerciantes, mercaderes y contrabandistas, pronto todo el mundo conocía la Villian como bandera de Libertad, sabían que cuando esta aparecía sus años de sometimiento y tiranía serían erradicados. La noticia de que David Swan reinaba en Siracusa con justicia y honor llenó los corazones de los olvidados de esperanza, aguardando la llegada de su liberación, la llegada de Regina.
La morena recordaba ese largo proceso, ese trabajo que le habían impuesto y que con gusto desempeñó con una sonrisa en el rostro, durante cuatro años había hecho todo cuanto siempre soñó, conoció el universo en todo su esplendor compartiendo cama con la mujer a la que amaba, amaneciendo a su lado cada mañana, sintiendo su calor. Recordaba entrar en batalla con su nombre en los labios, su risa cuando vencían, su eterna vitalidad. Miraba su rostro, la marca que su madre le había dejado, una marca eterna que le recordaba cada amanecer que sería capaz de cualquier cosa por ella.
Mirando a su tripulación recordó conmovida como Gen y Ruby le pidieron que las casara, ella como capitana tenía dicho derecho y lo ejerció con gusto, tras Siracusa nadie quiso esperar, tras dicha victoria que en su momento parecía inalcanzable sus vidas fueron enderezadas, poco a poco todo encajó en ese gran rompecabezas llamado vida, el destino jugó sus cartas, solo quedaba dejar que el tiempo pusiera todo en su lugar.
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Villian
FanfictionAU ScyFi Regina se gana la vida haciendo contrabando por toda la Galaxia, huyendo del Imperio tiránico que domina el mundo. En uno de los puertos una polizón cambiará para siempre su vida. SwanQueen