Capítulo 3 - Entrenamiento

974 40 2
                                    

La chica de la imagen multimedia es Rin en pleno Entrenamiento

Rin despertó de su sueño.  Ya habían pasado 11 meses de lo ocurrido con Sesshomaru y aunque quería olvidar lo sucedido, no podía hacerlo ya que lo que sentía por el era muy fuerte.

- ¡¡I-Inuyasha!! - Dijo una muchacha muy hermosa gritando el nombre de un joven que tenia en sus manos una espada: Colmillo de Acero. - Ven hacia aquí, no tengas miedo a enfrentarte a mi.

- Vamos Rin ya hemos entrenado demasiado, deberías descansar un poco. - Dice guardando su espada en su funda - Además que más quieres ya me has ganado 19 veces, por favor no mas Rin.

- Awww El Hijo de Inu No Taisho no quiere ser derrotado - Dijo en tono de Burla, para luego soltar una gran carcajada - Ja deberías haber visto tu cara - Dice Riendo

- No es chistoso Rin - Dice sacudiendo su Ropa - Vamos es hora de Comer, Kagome, Meiko y Kuon deben estar esperándonos.

- Sip - Dice con una sonrisa fingida.

Los dos van hacia la casa donde se encuentran con Kagome y sus dos hijos pequeños.

- Inuyasha, Amor ¿Donde esta Rin? - Dijo con un tono de preocupación.

- Hola Señorita Kagome ¿Cómo está? - Dijo un poco alegre - Ya he vuelto de el entrenamiento con el señor Inuyasha

- Gracias  a Dios has vuelto Rin. Ven vamos siéntate a comer, Sango, Miroku y las niñas vendrán más tarde. Acaban de regresar de Un largo viaje.

- Si señorita Kagome, un viaje familiar nunca hace daño - Dice Rin con cierto tono de tristeza.

Kagome se da cuenta de la forma en la que lo dijo Rin y la abrazo dando un poco de consuelo.
Después comer llegó Sango y Miroku acompañados por sus hijos.

- Kagome!! - Dijo una hermosa mujer de cabello negro - Tanto tiempo, te eh extrañado muchísimo.

- Sango!! Igualmente te hemos extrañado muchísimo, no sabes cuanto nos hiciste falta.

- Señorita Sango tanto tiempo - Dice Rin con un poco de alegría - ¿Cómo ha estado?

- Rin?! - Dice Sango sorprendida por el gran cambio de la pequeña y dulce Niña - ¿Que te ha pasado?

- Digamos que es una larga historia Señorita Sango, una historia que no es digna de contar y que también es merecedora de olvidar.

- Ahh ya entiendo - Dice Sango un poco desconcertada - Bueno más tarde me lo cuentas ¿Sii?

- M-mmmm Buenos señorita Sango. - Dice en tono triste

*****************************************
En el Palacio del Oeste una mujer estaba presumiendo al futuro Lord del Oeste, un niño pequeño recién nacido. El pequeño tenía unas cuantas semanas de nacido y era igual a su padre, pelo blanco, ojos dorados, llevaba la luna en su cabeza y tenías las mismas marcas que su padre sólo que en versión rojas. Era un pequeño Yokai, la alegría de su madre y el orgullo de su padre, que a pesar que tuvo que renunciar a la persona que Amaba pudo haber un Yokai más en el mundo, un sangre pura.

- Sesshomaru... ¿Verdad que es hermoso este niño?¿Es mi pequeño Lord? - Dijo la mujer con mucho orgullo.

- Si - Dijo el Demonio peliblanco que observaba al bebé mientras esté jugaba con una sonaja pequeña.

Sesshomaru se sentía fatal, esa familia que el quería tener con Rin, por su tonto Orgullo tuvo que tener De otra mujer. El se desesperaba al ver que No podía acercarse a Rin... El mismo le había dicho que no la quería volver a ver... El mismo la había dejado libre... El mismo la había golpeado... El mismo la había amenazado... Todo lo hiso el. Aunque quería quitar de su mente aquella imagen en donde Rin le pedía que no la dejara, lo atormentaba día y noche, Sabía que su condena por lastimar a la mujer que más amo era muy terrible. Pero que más podría hacer, uno de esos días no resistiría y lo sabia... iría a buscarla. Aunque cada vez que se tocaba el cuello, no podía evitar acordarse de la cara de Inuyasha al querer vengar el dolor de Rin, esa cicatriz no se borraba de su cuello, nunca pensó que Tessaiga (Colmillo de Acero) liberará tanto poder, y para colmo ese poder parecía que provenía de el dolor que sentía Inuyasha y Rin. Ahora Su Propio padre estaba en su contra, y lo sabia ya que Colmillo de Acero lo había lastimado y por mas que intento curarla con su espada, no lo logro. El estaba seguro de que ese recuerdo y esa cicatriz estaría ahí eternamente.

Nueva Vida, Nuevo Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora