Capítulo 3

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   Me levanté de golpe en la cama. Miré a todos lados y mi corazón disminuyó un poco las palpitaciones, me encontraba en mi casa, en otra ciudad y estabamos bien. Vi como mis manos aún temblaban. Agarré mi pelo de la frustración que tenía, aún no me acordaba cuando había podido dormir toda la noche y levantarme como si hubiese soñado con unicornios y arcoiris.

   Bufé, salí de la cama dispuesta a ir al baño y me adentré en él. Me di una rica ducha y salí envuelta en mi toalla a la habitación. Busqué en el armario algo que ponerme. Opté por unos vaqueros negros ajustados, una camisa de mangas largas, ya que el clima de hoy al parecer no iba a hacer muy bueno; traté de hacer algo con mi maraña color chocolate pero como todos los días, era algo imposible, así que me lo dejé suelto con sus pequeñas ondas al natural.

   Busqué mi móvil, la mochila y fui directo a la habitación de Dylan, al contrario de otros niños él solía levantarse solo. Sonreí al ver como se miraba mil veces en el espejo.

—¿Qué haces enano?— le pregunté.

—Hoy veré a mi amiga en la escuela— me le quedé mirando dudosa.

—¿Ajá?—

—La veré hoy—movió sus pequeñas manos para que yo captará el mensaje pero al ver mi cara, bufó molesto— Hermanas mayores nunca entienden nada—pasó por mi lado y salió de su habitación. Reí.

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   Había llevado a Dylan a su escuela y ahora iba de camino al instituto. Al entrar por el pasillo una muy alegré pero tímida chica se acercó a mi.

—Hola Rose—me saludó Denisse y se ajustó sus grandes lentes.

—Hola Denisse. ¿Ya estas preparada para un gran día— dije sarcásticamente a lo que ella comenzó a reír.

—Me encanta tu sarcasmo Rose pero si a mí me gusta estudiar—la miré como si fuera un extraterrestre.

—Sabes ahora mismo estoy pensando que no eres humana—ella empezó a temblar y su rostro cambió de semblante—¿Te sientes bien?—ella me miró por un par de segundos y sacudió su cabeza.

—Disculpa solo que recordé que debó buscar algo en la oficina antes de ir al salón—eso era muy raro pero asentí como quiera— Nos vemos en clase Rose—se despidió y se fue caminando a paso ligero por el pasillo.

   A veces me preguntaba que pasa por la mente de otras personas para que actuén de maneras tan raras, algunos enfrentan la vida sonriendo y cualquiera pensaría que estas bien cuando no es así y otros simplemente no disimulan, mi caso era el primero, siempre trataba de ocultar mis recuerdos para intentar ser feliz y comenzar de cero pero aunque tratará me resultaba agotador aparentar estar bien cuando no lo estoy, si la vida fuera un examen creo que ya estuviese reprovada.

   No sabía que estaba tan absorta en mis pensamientos cuando sentí que choqué con alguien y caí al suelo junto con los papeles que tenía que entregar en la clase de química.

—Lo lamentó...yo...yo.. no sabía que iba tan distraída...—miraba por todo el suelo tratando de recoger todos los papeles pero alguien me mostró todos ellos frente a mi rostro. Lo habían recogido por mí. Levanté mi mirada e instintivamente mis ojos se posaron en unos bellos ojos verdes que estaba segura que si seguía mirándolos me perdería en ellos-

—Aquí tienes—escuché decir a una voz gutural. Su tonada era fuerte pero hermosa y cuando salí de mis pensamientos indebidos con el joven frente a mí parpadeé y lo miré neutra.

—Gracias nuevamente. Yo estaba volviendo a soñar despierta—escuché una risa viniendo de él, en mi vida había escuchado millones de risas, algunas falsas, otras que parecían una foca con algún tipo de problema y otras bonitas pero nunca escuché que alguien tuvierá una risa tan sensual. Sentí mis mejillas arder. Él me dió su mano para ayudarme a levantar y cuando nuestras manos se juntaron se sintió una pequeña corriente, vaya ahora estaba imaginando cosas.

Blood Mark Where stories live. Discover now