Capítulo 30

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EVA

Que hermoso día para sonreír, un nuevo día en sí, hoy tocaba dar una visita tan esperada, además de saber que mi plan ya está marcha, fase uno completada, se viene la siguiente, para ello necesitaba de ayuda de torpes, y ya se a quienes escogeré.

Teniendo a Karol "lejos" me daba ventaja de hacer lo que quisiera con Ruggero y de la nena inepta de Alai, de alguna forma tenía que tenerlos de mi lado, si yo no tuve un final feliz, nadie lo tendría, mi venganza recién está comenzando.

Estaba rumbo al depósito donde quedé en reunirme con Fernando y Candelaria ya que hoy ensayaba la banda del cumbiambero, creo que al final, esta apuesta absurda no les valdrá nada, igual me gustaba ver pelear a la gente, es muy gracioso, lo disfrutaba mucho.

Fernando no era el tipo rudo que todos lo pintan, era más marica y mujeriego, pero también divertido, algo ingenuo y tierno a la vez sólo con la gente cuando entra en demasiada confianza, se su historia, los de su banda eran igual.

Candelaria era la típica estúpida, nena mimada y loca que imagina cosas, sus padres casi nunca le prestaban atención y se dejaba manipular más fácil que hacer un avión de papel, vivía y moría por el italiano, haría lo que fuera para estar con él así ande de arrastrada, los dos me daban asco, pero de algo me sirven.

Aclaremos algo, no éramos amigos, ni pretendía hacerlo tampoco, yo no tengo amigos, solo víctimas que hacen lo que yo les diga y si no lo hacían, "bye bye"; no niego que en un tiempo tuve, pero todos terminaron siendo unos perros falderos, hipócritas y traicioneros, siempre me vieron la cara de imbécil, me harté, cambié y así es mejor.

- Hola inútiles - digo al entrar al depósito, todos me lanzan miradas de desprecio, se ven tan adorables, me río interiormente por eso y sigo caminando hacia un sofá viejo que había allí - no me lancen esas miradas que mi alma no parará de reírse, ¡eh! - me siento.

- Hola Eva - responde Fernando - como que, llegaste algo tarde ¿no? - se cruza de brazos - el ensayo acabó hace media hora.

- Te estuvimos esperando - dice Candelaria mientras se lima las uñas - lástima.

Todos empezaron a reprocharme la tardanza, manga de idiotas, piensan que me sentiré mal por esto.

- A ver, si se calman todos - me paro y ruedo los ojos - en primera, ¿quién va a cantar? ¿Vos? - señalo a Fernando - ¿o yo? - todos lo miran - y en segunda, ¿en serio piensan que con esto me harán sentir mal y les pediré perdón? - lanzo una carcajada - ¡están muy equivocados!

- Se supone que entre todos íbamos a tomar una decisión como equipo - bufa Fernando - pero ya no importa, ya se escogió la canción, quieras o no, esa queda.

- ¿Desde cuándo somos equipo? - pregunto fastidiada - por lo que yo sé nunca acepté en estar en uno, sobre todo con débiles como ustedes.

- Que amor de persona sos, Eva - se queja Candelaria.

- Soy todo lo contrario del amor querida - le lanzo un guiño.

- Como sea - dijo Fernando - ¿quieres oírla?

- ¿Tengo otra opción? - me pongo en frente de ellos - los escucho.

La canción no es mala pero era muy movida, Pasquarelli y los de la Roller escogerían una canción lenta, romántica, era obvio que a la gente le gustaría una canción de ese tipo solo porque la letra transmitía sentimientos, ¡qué asco!, terminaron de tocar y me quedaron mirando.

- Si van animar a personas en un boliche de quinta categoría con esa canción, por mi está bien - me encojo de hombros.

- ¿Qué? ¿No te gustó? - pregunta confundido.

My angel hero Where stories live. Discover now