Capítulo 50

3.4K 212 111
                                    

Capítulo Final

RUGGERO

Despierto y tomo aire totalmente anonadado, estoy en una camilla, conectado a un respirador artificial, al suero y al monitor cardiaco, reconozco el último por el sonido que hace, este comienza a sonar rápidamente por las palpitaciones de mi corazón.

Quiero moverme pero siento el cuerpo dormido, miro a mi alrededor, una habitación de hospital, no hay nadie, estoy solo, asustado, con muchas ganas de gritar, correr, llorar.

El nombre de Karol retumba por mi mente, caigo en lo que ella me dijo: todo era un sueño y que moriría por mí.

"Karol no puede estar muerta, si todo fue un sueño, ella no pudo morir ¿no?"


Ella no pudo morir, las personas buenas como ella no pueden morir.

Caigo en otro pensamiento.

"Si solo fue un sueño, eso significa también que ¿Alai y Karol, no fueron real?"

Mi corazón se hace chiquito ante aquel pensamiento. ¡No! ¡Karol es real! ¡Yo la sentí muy real! sus caricias, sus abrazos, sus besos ¡ella si existe!

"¡Tengo que encontrarla! Esperen ¿Y Alai?"


Mis brazos comienzan a reaccionar de a poco, tomo el respirador y lo saco de mi rostro, lo mismo hago con los chupones que se conectan con el monitor cardíaco, este hace un sonido muy fuerte al desconectarlo, lo suficiente para llamar la atención.

- ¡Que esperan para abrirla! - gritan detrás de la puerta - ¡abran la maldita puerta! - varios sonidos de llaves suenan al caer al suelo, hasta que logran abrirla.

Por su vestimenta, era un doctor y detrás de ellos varios enfermeros, todos tenían rostros sorprendidos al mirarme.

- Joven Pasquarelli - dice aquel hombre de bata blanca - usted, despertó... - no respondo porque ni hablar puedo, el hombre me sonríe - ¡el joven Pasquarelli acaba de despertar! - grita ¿emocionado? Y sus ayudantes ¿festejan?

Luego de segundos todos se acercan hacia a mí.

- Tú - señala a alguien - llama a los Pasquarelli y dales la buena noticia - este sale de la habitación mientras que los otros retiran el respirador y el monitor lejos de mí, trato de decir algo - tranquilo, no hable aún, de a poco - me da una sonrisa - ustedes dos, ayúdenlo a articular sus extremidades para que pueda moverse.

- Claro, estamos para ayudarlo - respondieron ambos.

Dos enfermeros tomaron mis brazos y mis piernas.

*Flashback*

- Vos no me mandas ¿ok? - dije mientras trataba de sentarme - no puedo moverme.

- Lo sé.

- ¿Y? - gruñí - ¡Ayúdame! ¿qué esperas, una invitación.

- No, no quiero una invitación - rodeó los ojos - te acuerdo que existe el por favor.

- Si, si - respondí - como sea.

Se volvió acercar a mí y vi como sus manos rozaron mis brazos y piernas lentamente.

- Listo - respondió sonriente - ya te puedes mover - me ordenó - veo que tus fracturas se curaron con el tiempo.

- ¡Wow! Me siento como nuevo - decía mientras movía mis extremidades - gracias.

- De nada - sonrió - estoy para ayudarte.

My angel hero Where stories live. Discover now