Capítulo 4.

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Llevaba ya un buen rato esperando en el banco del parque en el que había quedado con Rachel cuando vi a la misma, aproximándose a mí a buen paso. Parecía nerviosa. Se sentó a mi lado en el banco y abrió la boca para hablar pero la interrumpí:

-Anoche fue un desastre. Ojalá no hubiéramos ido a esa maldita fiesta. - Murmuré enrrabietada. Mi amiga me miró esperando alguna explicación por mi parte. -Esta mañana me he despertado en una de las habitaciones de la casa de Jack, - Mi amiga abrió mucho los ojos con sorpresa. Estoy segura que no se esperaba que le dijera algo así. -y lo peor es que no estaba sola. Harry estaba en la misma cama que yo. ¡Y no estaba vestida!

-¿Estás intentando decirme que tú y él...? - Asentí y mi amiga se tapó la boca con ambas manos. -¿Estás segura?

-A ver, no es que él me lo haya dicho, porque se comportó como un impresentable conmigo, pero me desperté sin ropa.

-¿No te acuerdas de absolutamente nada?

-De nada...

-¡Joder! ¿Qué te hizo? ¿Te llevo a casa?

-No. Tuve que llamar a Derek para que me llevara a casa porque me perdí. Tu primo es genial, por cierto.

-Bueno, el nunca se va a negar a ayudarte. Ya sabes...

-¿El qué sé? - Mi amiga estudió mi cara durante unos segundos y después sacudió su cabeza con una pequeña risita en sus labios. -Dime. - Insistí.

-Nada, nada. Me parece que no deberías acercarte nunca más a Harry. Es un imbécil. Además, tiene novia, ¿no?

-Sí, Sarah. Pero bueno, ese es su problema, no me voy a preocupar por eso. Me preocupo por como se comportó conmigo aprovechándose de que estaba borracha y de su actitud conmigo al día siguiente. - Puse los ojos en blanco y Rachel me abrazó.

-Tranquila, el tiempo pone a todo el mundo en su sitio.

*

VARIAS SEMANAS DESPUÉS:

-¡Cariño! ¡Heather! ¡TE HAN CONTESTADO DE LA UNIVERSIDAD!

Bajé corriendo de las escaleras de casa. Lo de Harry ya era agua pasada. Era algo que nunca podría perdonarle, obviamente, pero no era lo más importante en ese momento. No le había dicho nada a mis padres de aquella noche, no podía, aunque suponía que algún día tendría que hablar con ellos sobre el tema. Lo crucial para mí en esos momento era la respuesta a la petición de plaza que había hecho a una de las universidades con el mayor prestigio en el área de artes escénicas; lo que yo quería estudiar.

-¿¡Qué pone!? - Dije corriendo hasta llegar junto a mi madre. -¿Qué pone?

-¡Ay, ábrela tú; yo no puedo! - Le quité la carta a mi madre de un tirón y la leí sujetándola entre mis manos temblorosas. -¿Y bien..?

-ME HAN ACEPTADO.

Me tiré a los brazos de mi madre y las dos nos pusimos a dar saltos por la cocina. Era la oportunidad de mi vida. Una de las universidades más prestigiosas me había dado la oportunidad de estudiar allí y yo tendría que estar a la altura. Graduarme en artes escénicas era lo que siempre había soñado desde pequeña.

Recuerdo como de pequeña Rachel se inventaba teatros para que yo los representara y los domingos actuábamos frente a nuestras familias. La que más me gustó representar era una en la que yo hacía de ama de casa y tenía un bebé. Ese bebé era un muñeco que le cogí prestado a mi hermana pequeña para la función, recuerdo que se enfadó mucho conmigo cuando descubrió que había cogido su muñeco. Pero bueno, la obra nos había salido de maravilla.

Teenager mumWhere stories live. Discover now