El 8vo Infierno © [PsiSammy]

Capítulo 15

Tras recitar el poema de Eres mi edén, Leyla y yo nos damos un muy largo y apasionado beso, que luego nos envolvió en la lujurioso.

Nos quitamos toda la ropa violentamente, pero cuando voy a hacerle el amor, vuelvo a pensar en Anyelina y no prosigo.

Me alejo de Leyla y le digo:

- no puedo hacer esto, amo a otra persona, esto está mal.

Ella dice. - olvídate de esa otra persona, solo hazme el amor, no el amor de tu vida.

- le digo  - Olvídalo, ya no vas a jugar conmigo como lo hiciste en el pasado, mi vida fue un infierno por tu culpa y aún así, no te deseo el mal, pero tampoco te deseo un bien que tenga que ver conmigo.

Ya estamos llegando a la puerta, desde aquí puedo verla, si quieres puedes devolverte, yo llego solo.

  Ella se acerca a mi, me hala fuertemente hacia ella, me besa y me dice:

- solo déjate llevar idiota, amas el sexo y se que mueres de ganas por hacérmelo.

Jamás pudimos hacerlo y eso era lo que más deseabas, ahora tienes la oportunidad frente a ti, no la dejes pasar.

No seas idiota, hazme el amor como se lo hacías a todas tus supuestas "diosas".

  Nuevamente la alejo de mi lado y le digo:

- ya no soy ese hombre, ya no tengo diosas, tengo una sola diosa y por ella estoy aquí, y por ella voy a cruzar esa puerta y las otras 6 puertas más, hasta llegar al octavo infierno.

Lo siento Leyla, aunque aún te deseo muchísimo y quisiera hacerte el amor de un millón de formas placenteras, mi amor por Anyelina es más grande, ella nunca me abandono en mis peores momentos, al contrario de ti, eso es lo que aprecio, no todo en la vida es sexo.

  Ella se enoja  y se lanza hacia mi violentamente, me besa fuertemente, toma mi mano y la coloca entre medio de sus piernas, me hace mover los dedos allí, para causarle placer, pero no sigo su juego y me alejo nuevamente de ella.

Al alejarme esta última vez, ella se enojo mucho más, hasta que su rostro se puso rojo por completo y con una voz aguda, como si estuviera poseída por un demonio, dice:

- ¡tu no sabes de fidelidad!, no quieras cambiar tu forma de ser ahora, ya es demasiado tarde, solo vuelve a tu vida normal.

¡Vuelve a ser ese amante del desamor, del sexo y la lujuria!, eso es lo que verdaderamente eres, deja salir esa parte de ti que quiere hacerme el amor hasta no poder más.

  Esta voz me asusta bastante, sus palabras son muy cautivadoras, pero mis ideales siguen firmes.

Muy asustado por su voz y el color rojizo de su piel, decido alejarme de ella y seguir hacia la montaña, para cruzar la puerta y salir de este maldito infierno.

Le paso por el lado sin decir nada, pero ella no se queda quieta, cuando estoy a algunos pasos de distancia de ella.

Leyla me toma por la espalda y me da la vuelta diciendo:

- ¿a donde piensas ir?.

  Cuando doy la vuelta y observo a Leyla, veo su cuerpo, pero con la cara de un monstruo horrible.

Enseguida me lanzó al suelo alejándome de ella y su cuerpo empieza a transformarse, en el cuerpo de un demonio.

Miró mi mano y me siento asqueado, al saber que mis manos tocaron su parte y no se trataba de Leyla.

Al observar bien, noto que se trata de Asmodeo:

Asmodeo es el demonio de los pecados carnales, el ser que se encarga de llevar a los hombres a las turbias aguas de la lascivia.

Él disfruta incitando la infidelidad y destruyendo noviazgos y matrimonios. Él es el demonio encargado de este infierno, uno de los 7 príncipes del infierno.

Ahora todo tiene sentido, las tentaciones, la obsesión por el poema de Eres mi edén, el monstruo destruido que le había atacado.

Tras pensar bastante y darle sentido a lo que acabo de ver y lo que he vivido en este infierno hasta ahora.

Me encuentro alterado, revuelto, trastornado, confundido, perturbado, enloquecido y desquiciado.

Decido levantarme y huir, corro rápidamente hacia la puerta del segundo infierno, mientras Asmodeo me sigue los pasos sonriendo, expresando en su rostro las ganas de destruirme, violarme y condenarme.

Llegó a la puerta, es muy parecida a la del primer infierno, tiene un dos gigante y el nombre de: Belfegor escrito con huesos humanos.

Intento abrir la puerta y asmodeo se queda parado, observándome mientras me gasto la energía intentando abrir esa puerta, pero es imposible hacerlo, me doy por vencido y Asmodeo se divierte de mi inútil esfuerzo.

Se acerca a mi, me toma por el cuello y me lanza fuertemente contra la puerta, coloca su muy afilado tridente en mi corazón y luego...

Guarda esta historia en tu biblioteca o lista de lectura para notificarte el lanzamiento de más de tres capítulos semanalmente.

Con mucho amor, te entrego mi mejor obra y solo te pido a cambio, tu voto y tu comentario, para alentarme a seguir escribiendo.

Pica la estrella de abajo, para dejar tu voto.