8. [Ex Chao]

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Las vueltas que da la vida pueden permitir el descubrimiento de cosas que se creían inexistentes. No necesariamente tendría que ser algo físico; un ejemplo de ello, sería encontrar un sentimiento oculto, cubierto por el miedo al rechazo u a la indiferencia. Hallarlo requiere esfuerzo, enfrentarse a todos los miedos por los que se mantenía en la oscuridad.
Hay peligro, porque sería imposible que no fuese así, pero también existe la probabilidad de que esos miedos se desvanezcan y no tengan razón de existencia.

Eliminar el miedo.
Tener la fuerza para enfrentarse a algo que podría hacer daño.
Ya sea que lo haga u no, no se sabe hasta intentarlo.

Yūichirō mantenía su mente ocupada en las acciones realizadas por él y Mikaela hacia a penas unas horas. No pudo anticipar como terminarían, ni siquiera llegaba a imaginar que un beso culminaría de esa forma.

La calidez de sus labios se había desvanecido sobre los propios, más se mantenía presente la asfixia producida por ellos.

Viera por donde viera, ese no era el actuar de alguien sin experiencia, por el contrario, ni siquiera él mismo se veía capaz de arrancarle la cordura a una persona con tan solo la unión de bocas.

Pero ciertamente no creía que el rubio fuese capaz de mentirle, entonces ¿cómo había aprendido a besar así?

— ¿Qué es lo que me escondes Mikaela? —la pregunta fue disuelta en el aire fresco de la madrugada.

Como era de esperar, el supuesto receptor no recibió el mensaje, aquel se vio reducido al secreto de un ser confundido en busca de respuestas.

— Cuando despiertes, ten por seguro que no saldrás ileso.

Un perturbador dolor le impedía por completo descansar una vez que recuperó la consciencia. Maldijo el momento en el que ingirió líquido el día anterior; levantarse ahora habría de ser una completa tortura. No podía ni estirarse como lo hacía con normalidad, no cuando las punzadas le torturaban con cada mínimo intento de movilización.

— Si... te mataré.

Tiró de las sábanas para retirarlas sin hacer mayor esfuerzo, descubriendo tanto su persona como al intruso en la cama.

Bien, ahora lo difícil sería ponerse en pie.

Enderezarse no era una buena opción, rodar por la cama tampoco. Cualquier cosa que tuviera relación con el mover tanto las caderas como los glúteos sería totalmente descartado.

— Duele.

El quejido que murmuró al buscar sostenerse, desconcentró parte de él, por lo que no pudo darse cuenta el error que cometía al apoyarse tan cerca del borde de la cama.
Un golpe junto a un sollozo ahogado fue el resultado de la desdicha.
El suelo se mantenía frío, la sábana no había hecho más que caer sobre él como si pudiese disminuir los llantos de alguna forma.

Pero Yuu, ya no era consciente de ésto, las lágrimas y las miles de palabrotas que quería soltar en el momento, se habían atorado en el nudo de su garganta.

Nunca pensó que fuese a doler tanto...

El ruido alarmó de cierta forma a quien yacía aún dormido, pero luego de recordar que se encontraba junto a su Yuu-chan, terminó relajándose. Si el azabache ya había despertado, el ruido era algo inevitable.

ღ Beso Travieso ღ [MikaYuu]Where stories live. Discover now