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Era un viernes de un noviembre templado, casi un mes desde la última vez que no existía una tensión entre Lilian y yo

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Era un viernes de un noviembre templado, casi un mes desde la última vez que no existía una tensión entre Lilian y yo. 

Una persona normal hubiera pedido perdón y aclarado que fue producto de los tragos, pero yo, Aaron Stevens, había preferido fingir que ese beso jamás había pasado porque no había sido un accidente, es más, fue un deseo que el alcohol me ayudó a cumplir.

Aun siendo mi vecina de casillero, de banco, de casa incluso, ella solo me hablaba para los deberes o cosas de la misma índole, no tenía muchas opciones al final.

Ese viernes era crucial para todos y si me sinceraba conmigo mismo, no tenía ganas ni siquiera de asistir y ese desánimo tenía un nombre: Lowell.

Ese chico se ganó una gran fama durante los juegos de la temporada, llevando a nuestro equipo a la victoria y teniendo a todas las chicas a sus pies; a todo el mundo le encantaba su aura misteriosa, hasta a mis mismos amigos, pero a mí solo se me hacía muy sospechosa.

Pero eso no era lo peor de la situación, porque antes nuestro problema no era personal hasta que se volvió extrañamente cercano a Lilian. La oía hablar de él con los compañeros de clase cuando éstos le preguntaban, acerca de los consejos que le dio para lanzar mejor el balón o que, a veces, lo invitaba a comer a casa.

No quería tener esos pensamientos en la cabeza, pero tal vez esto ya no era cosa de dos, más bien, estábamos tres en la carrera.

En cuanto al tarado de Caleb, sigue abrazando a Lilian en mis narices y siempre que trato de hablar con ella, él aparece y se la lleva lejos, haciendo que solamente lo odiase más que al mismo Lowell.

Me empecé a vestir con el uniforme que, probablemente no se ensuciaría y tomé el casco, que estaba en el banco.

— Creo que ya lo haré — escuché a mis espaldas y yo decidí voltear un poco para que no lo notarán.

— ¿Crees que ya están listos? — preguntó Dean, quién era su mejor amigo ahora. — Los veo muy bien pero...dicen que tiene algo con ese Lowell también —.

— Yo mismo le pregunté si le gustaba Lilian y me respondió que es amiga de su familia — contestó. — Además, ya llevamos unos meses juntos que hasta podría decirse que es mi novia —.

He doesn't matter anymore [En Edición]Where stories live. Discover now