El haber estado entre sus brazos había sido un gran consuelo para mí, pero el simple abandonarlo ahí, prometiéndome que me esperaría y, para rematar, haberle negado mi amor, había roto otra parte de mi corazón

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El haber estado entre sus brazos había sido un gran consuelo para mí, pero el simple abandonarlo ahí, prometiéndome que me esperaría y, para rematar, haberle negado mi amor, había roto otra parte de mi corazón.

Solo pensaba llegar a mi casa, sacar un paquete gran de galletas de chocolate, prender Netflix y verla televisión hasta quedarme dormida. Sonaba como el plan perfecto para sanar las heridas.

Abrí la puerta de mi casa y mi abuela dormía en un sillón mientras la tele reproducía Bob Esponja. Carl estaba acurrucado con una cobijita con sus ojos a punto de cerrarse y Marshall estaba viendo con atención la televisión.

— Llevaré a Carl a la cama — le dije a su gemelo acercándome hacia el sillón y poniendo entre mis brazos al niño.

— ¿Puedo quedarme aquí un rato? — preguntó con una sonrisita. — Sólo hasta que acabe el capítulo —.

— Bien, pero no te duermas tarde — respondí, alegrando a mi hermanito.

Cargué a Carl por las escaleras hasta llegar a su habitación y acomodé su cabeza en la almohada tapándole con su cobija de dinosaurios.

Salí del cuarto dejando un beso en la frente de mi hermano y cerré la puerta para irme al mío. Una vez me empecé a acercar, comencé a escuchar pasos extraños, como si alguien estuviera dentro de éste.

Asustada, tomé una decoración de la pequeña mesita que estaba entre el cuarto de mamá y el mío, para acercarme a pasos cortos y que no escuchara que estaba ahí. Al abrir la puerta, me llevé la sorpresa de mí.

— ¡¿Qué demonios haces aquí?! — grité.

— No levantes la voz — dijo tapándome la boca de inmediato y solo rodé los ojos.

— ¿Puedes quitarla de ahí? — susurré y la fue quitando lentamente hasta que ya no había contacto entre él y yo; mientras yo le apuntaba con mi figurilla. — Ahora sí...¡¿Por qué te metiste en mi maldito cuarto?! —.

— Te dije que no gritaras — susurró. — No me quedé satisfecho con lo que pasó en el campo, así que el gran Aaron Stevens se coló en tu cuarto —.

— Creo que lo dejamos todo en claro — respondí, haciendo puchero. — Ahora necesito cuidar que mi abuela y mis hermanos no te vean —.

— Deberías estar feliz que no me morí — bromeó. — Saltar a tu ventana no fue tan fácil como piensas —.

— Ni siquiera deberíamos tener esta conversación — dejé la figura en la cama y me llevé las manos a la cara.

"Flashback:

No funcionaba para nada el plan. A cualquier lugar a donde viera, pareciera que estaba su presencia ahí, desde escuchar el cántico de los pájaros en el parque por la mañana, hasta ver a los chicos jugar futbol por la noche.

He doesn't matter anymore [En Edición]Where stories live. Discover now