Capitulo 68

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-Abro mis ojos, la luz que tengo delante de mi es muy intensa. Luz intensa  tanto tiempo que solo miraba penumbras en mis ojos. Sin poder ver de nuevo la luz de un foco o del gran cielo. Luz. 

-Mi cuerpo...,siento como si no fuera mi cuerpo. Todo es tan raro, no escucho muy bien, pero siento la corriente de ese aire que pasa por mi cuerpo. Mi piel que se eriza ante su toque ¿Así es la muerte? y si lo es. No es tan mala como lo pensé.

- Recuerdo que me interpuse cuando Braeden iba a disparar a Derek. Recuerdo sentir como la bala entraba en mi cuerpo y...¿Luego?. Muevo mis manos poco a poco, y el contacto del pasto en mis palmas me sorprende. Poco a poco me levanto, para ver que estoy en medio de un campo. Y cuando digo que estoy en medio de un campo es que estoy en el ojo de este.

-Volteo a mis lados, y veo que el pasto verdoso de extiende como tápate a cualquier parte que yo mire. Es un campo, con un cielo tan azul que parece que estoy viendo el mar. Llevo mis manos a mi rostro, y veo que tengo heridas, y un poco de sangre.

-Y tan rápido como me pasa este pensamiento llevo mi vista a mi ropa. Mi camisa tiene un agujero que esta manchado de sangre. Llevo mis manos a donde la bala me dio y... nada. 

-No hay nada.

—Stiles.

-Volteo al escuchar mi nombre, es apenas un eco muy leve en este lugar. Donde sea que este. Me voy levantando, y siento como las partes de mi cuerpo se van despertando, como si hubiera pasado horas acostado en el suelo.

—Stiles.

-Volteo a todos lados, no hay personas que yo pueda ver. Pero esa voz, en medio de todo esto parece tan falsa. Con duda empiezo a caminar hacia adelante, o lo que yo al menos considero hacia delante. No se a donde voy. Solo veo el verde por todos lados. Y el cielo tan azul que me parece tan falso.

-Si es la muerte, ¿Y si esto es el cielo o el infierno? pasar toda mi eternidad solo. Escuchando cosas, sin saber a donde voy. Estando perdido y caminar sin ningún rumbo.

-Camino un poco más rápido, no se porque lo hago. Tan solo quiero saber quien me llama. 

—Stiles.

-Escucho la voz, pero ya no tan lejos. La sensación de su llamado, ese tono me parece tan familiar. Y entonces, empiezo a correr. Mis piernas se sueltan, el viento pega en mi rostro y mi ropa se mueve al chocar con este. Estiro lo más que puedo mis piernas, siento el hormigueo de todo mi cuerpo cada vez que lo forzó para correr.

—Stiles, ven.

—¿Quien eres?—Grito, y mi voz sale cortada. No paro de correr, pero no se a donde voy. No se si me muevo.

—Ven.

—¿Quien mierdas eres?—Giro, siento la desesperación que llega a mi. El paisaje no cambia nada, ¿De verdad me muevo? ¿Acaso mi condena empieza desde ahora?.

-Corro, corro y no hago nada más que esto, hasta que mi pierna se dobla cuando la estiro. Y caigo al pasto. Pero no siento el golpe, lo atravieso. 

—Hijo, mira ¿Recuerdas esto?

-Mi padre, lo veo delante de mi. Estoy en casa. Y verlo delante es un gran castigo, porque no es él. Porque él esta atrapado con un demonio. Y la persona que tengo delante se ve tan relajante. Esta vestido con una camisa de color gris, y un pantalon de pijama. Pocas veces lo he podido ver relajado a mi edad.

-Pero de niño siempre lo miraba así.

—Sí, mamá me lo dio a los 4 años.

-Estoy en la habitación de mi papá.Él esta en la cama y me tiene a mi lado. Me veo a la edad de 6 años.  Me faltan un diente, me lo tire en mi primer pelea que tuve. 

Corazón sin ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora