Capítulo 7

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Pasaron ya unas semanas desde que hubo aquel incidente con Jennie, lo de su tobillo no era nada grave pero para bailar necesitaba reposarlo un tiempo. De todas formas la morena asistía a las clases de canto y rap para después descansar en enfermería o en su casa. Jisoo la ayudaba en cuanto podía, y alguna que otra vez cruzaba palabras con Rosé e incluso con Lisa.

A Jennie toda aquella situación se le hacía muy dura, llevaba ya unos meses aguantando toqueteos y comentarios del director pero lo que pasó en el baño cruzaba totalmente los límites y la traumó. Ahora mismo prefiere esconder la cabeza en el hoyo como una avestruz por miedo. Por otra parte, durante este tiempo Lisa actuó rara: cuando pasó lo de Jennie se sintió fatal y decidió no molestarla más después de darle aquel regalo innecesario. Aun así, poco a poco trata de olvidar lo ocurrido y pensar en empezar desde cero con la morena.

*     *     *

—Sí, señor Kim —Hablaba el director por teléfono mientras caminaba por su oficina—. Su hija está en enfermería, descansando. Se ve que se torció el tobillo y no puede bailar, así que hasta que no se recupere no podrá hacerlo —Trataba de sonar lo más inocente y comprensivo posible—.

—Mi tiempo vale oro, ¿sabe? —El padre sonaba bastante enfadado, aunque se creía que el director estaba "cuidando" de su hija—. Ya han pasado unas semanas y ahora me entero de que no está bailando.

—Lo sé, señor Kim. —El director le tenía mucho respeto al padre de Jennie, él tenía muchísimo poder en ese país y mejor no enfadarle—.

—Pues ya está levantándola de la puta camilla y poniéndola a bailar. —Soltó el padre a través del teléfono muy enfadado—.

—Verá, señor... Todavía necesita un día más de reposo, no debería forzarla. —Mientras decía a palabra "forzarla" estaba pensando en la escena del baño y de repente un pequeño bulto asomó en su entrepierna—.

—¿Te crees que me importa? Ella quiere ser la mejor, ¿no? Pues ya está moviendo su culo hacia el estudio. —Tras estas tajantes palabras colgó la llamada—.

El director suspiró, dejando el teléfono sobre su escritorio. Salió de su oficina y se dirigió hacia la enfermería para ver a Jennie. Tocó a la puerta y entró, con el despiste de que la dejó entreabierta.

—Hola, Jennie —Se acercó el director a su camilla mientras detrás suyo estiraba la cortina—. Hoy ya se acabó tu recuperación.

—No —Dijo Jennie de forma casi inaudible, ella sabía que todavía le faltaba un día—.

—¿Qué has dicho? —De forma violenta colocó la mano en la coleta que se había hecho hoy la morena, le gustaba tener el pelo recogido—.

—He dicho que no —Débilmente conseguía susurrarle mientras le miraba a los ojos con asco—.

Ante esa respuesta el director le tiró de la coleta muy fuertemente y de golpe, a lo que Jennie soltó un quejido. Tras treinta segundos en silencio, ella entreabrió los ojos y se fijó en el bulto que traía el director entre los pantalones.

—Eres un puto asqueroso de mierda —Decía mirándolo de lado con desprecio y asco, todavía con la cabeza hacía atrás por el estirón. No podía callarse aquello aunque le tenía miedo—.

—Y tú una puta —Le espetó dándole un bofetón en toda la mejilla izquierda—. En cinco minutos te quiero ver en la sala de baile. —Agitó la mano por el duro golpe que le propinó a la chica y se fue de la habitación—.

pretty or nasty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora