Capítulo 9

2.6K 244 52
                                    

«Sí que se les ve unidas a esas dos... » pensaba una pelinegra mientras miraba con sospecha a las dos rubias riéndose. Tenía un rostro bastante serio, con el ceño fruncido. Todavía no podía olvidar los sentimientos que tenía por aquella bella rubia, ni aquella intensa relación que tuvo que romperse. Apretó el puño con fuerza y se dirigió hacia la sala de baile para verse con su amiga, que recién terminaba su clase. 

—Hey, Jennie... —Un sentimiento de culpa la reconcomió, acordándose de lo que había pasado cuando la dejó en manos de aquel pervertido—. No te fuerces mucho con el baile —Miró su tobillo, estaba mucho mejor que antes pero no podía forzarse o empeoraría—.

—Estoy bien Jisoo, tranquila —Mintió, el tobillo le dolía por no haberlo dejado descansar lo suficiente. Como siempre, no le dio importancia a lo suyo e hizo como si nada. Miró a la contraria que tenía una cara bastante mala—. ¿Te pasa algo?

—Bueno —Se encogió de hombros—, vi a Rosé con alguien más. Parecían llevarse muy bien. —Sonaba un poco celosa y triste a la vez—. Seguro que me ha olvidado ya.

—Es imposible olvidarse de alguien como tú, Chi Choo —Dijo un poco en tono bromista, tratando de animarla—. Quizá simplemente estaban hablando y ya.

—Bueno... siempre se las ve muy cercanas... Desde que llegó la nueva... —Soltó casi en un susurro—.

—¿La nueva? —Pensó durante unos segundos la morena mientras recogías cosas—. ¿Te refieres a... Lisa? —Preguntó ahora en tono serio, mirándola fijamente—.

—¿No te has fijado? Pasan juntas todos los días desde que se conocieron... —Las palabras de Jisoo estaban empezando a convencer a Jennie de que entre Rosé y Lisa había algo más que una sola amistad—. Y estas semanas todavía más.

Jennie empezó a tener una especie de sentimiento que nunca antes había experimentado. A ella estos temas siempre le daban igual, ella estaba acostumbrada a que fueran detrás suya. Es guapa, talentosa, inteligente, con mucho carisma. Los tíos y hasta tías se han fijado en ella y ella simplemente jugaba con ellos o los rechazaba porque nadie conseguía proporcionarle lo que buscaba. Pero ahora empezaba a sentir como unos celos acompañados de soledad. La morena no lograba entender por qué sentía eso, ofuscándose.

«¿Y a mí qué me importa lo que haga Lisa con la otra? Como si se quieren comer los coños con palillos... » pensó mientras echaba un soplido, además de apartarse el largo pelo hacia un lado mientras caminaba torpemente hacia el vestuario para cambiarse. «Tengo que actuar con normalidad, recuerda. Eres Jennie, eres tú quien juega con los demás».

—Que hagan lo que quieran, Jisoo —Dijo de forma algo cortante—. Yo no creo que ella te haya olvidado, pero si quiere estar con esa pues déjala. —Al decir la palabra "esa" se podía notar una cierta envidia—.

La conversación terminaba, y mientras tanto Jisoo con expresión triste ayudaba a Jennie a caminar hacia el vestuario para cambiarse de ropa, vendas y después ir a reposar su tobillo, tomando también analgésicos para el dolor.

*     *     *

Un hombre se hallaba en su despacho, sentado en su gran sillón y mirando unas fotografías donde aparecían una morena y una rubia muy pegadas. Empezó a sobarse lo que viene siendo el paquete y a morderse el labio ante las imágenes.

Encima haciendo eso en público, menudas guarras —Decía mientras suspiraba de la excitación. Irónico porque se quejaba de las imágenes a la vez que le ponían—. Con Jennie sólo puedo jugar yo —Dijo de forma maliciosa para después seguir mirando el teléfono y empezar a tocarse—.

*     *     *

Ambas rubias continuaban con su charla afuera, ya que en ese momento no tenían ninguna clase. Después de lo que le contó Lisa a Rosé, la segunda decidió contarle una cosa que vio en relación a Jennie.

—¿Que viste QUÉ? —Preguntó una Lisa en shock a su amiga, la sangre le empezaba a hervir—.

—Shhhh —La mandó callar evitando que nadie las escuchara, ya empezaba a pasar gente que paseaba por ahí—. Vamos adentro a hablar de esto, que por aquí pasa mucha gente.

Ambas se fueron hacia los vestuarios. Parecía que no había nadie, salvo Jennie. La morena ya se había cambiado y Jisoo se había ido para su clase de canto. Ella era la única en el vestuario y estaba al final de éste, por eso no se la veía. Ella notó que entraron Rosé y Lisa hablando y decidió ocultarse para oír lo que decían.

—Vale, pues eso —Retomó el delicado tema Rosé—. Cuando Jennie estaba en enfermería pude oír a un hombre que le decía algunas cosas y después le tiraba de la coleta, aunque no lo pude ver muy bien ya que la puerta no estaba completamente abierta y había una cortina en medio. En ese momento oí que ella soltó un quejido, obviamente... —Le daba mucha cosa hablar de algo tan violento—. Después escuché un fuerte tortazo pero entonces el tipo se fue y tuve que ocultarme. Le perdí la vista, casi me pillaba. 

Tanto Lisa como Jennie estaban descolocadas. Jennie no se esperaba que Rosé estuviera ahí afuera espiando.«Sí que es cotilla la cabrona...» pensó. La verdad es que se sentía muy avergonzada escuchando como describía la escena. Le dolía pensar en aquello. Al contrario, Lisa empezó a ponerse muy furiosa. Se le acumuló tanta rabia e impotencia que dio un fuerte puñetazo a una taquilla, casi cargándosela y jodiéndose los nudillos de nuevo. Ni se inmutó ante el dolor de la rabia que sentía. La otra rubia y la morena se asustaron por tal golpe.

—Que ese capullo rece con que no le encuentre —Miraba muy furiosa a la nada, asimilando todo lo que le contó Rosé—. Porque como me entere de quién es ese bastardo, va a acabar peor que esta taquilla —La señaló viendo el destrozo que ha hecho y quedándose en silencio un rato, pensando—. Seguro que es el mismo que encontré en aquel baño... —Se podía oir el chirrido de sus dientes rozándose por el cabreo—.

—Lisa, cálmate, por favor —Rosé tenía un poco de miedo, nunca había visto a Lisa de esta forma. Siempre parecía tan inocente que era como si hablara otra persona por ella—. Vámonos a distraernos, nos vendrá bien. En poco tienes clase de baile.

Jennie estaba estupefacta. No podía creerse la actitud de Lisa ante lo que le contó Rosé. Parecía como si de verdad Lisa se preocupara por ella, y empezó a sentir un pequeño alivio en su interior mientras seguía escuchando. «¿Por qué en el fondo me alegro de que Lisa esté así? Parece que no le doy tan igual... » pensaba incorporándose de su postura ninja y se quedó allí sentada, reflexionando, mientras que ambas rubias ya se habían ido del lugar. Rosé también tenía clase de canto y Lisa de baile, pero antes de eso Roseanne trataría de calmar a Lisa, aunque no parecía nada fácil.

—Lisa... —Suspiró la morena el nombre de la menor con dulzura, alzó su mano derecha estirándola y miró el anillo que tenía puesto en su dedo anular. Se lo sacó, lo agarró con cuidado y volvió a leer la inscripción de su interior. Esta vez no fue una lágrima la que se le escapó, sino una sonrisa—.



pretty or nasty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora