Capítulo XXIII

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Cada día de la última semana del verano iba transcurriendo tan rápido que ni siquiera me daba cuenta. Aún así, con ellos durante esta formidable estación disfrutaba de los buenos momentos con mi hermano, mi novio y mis amigos. Cada día era maravilloso ya que siempre habían cosas interesantes por realizar. No solamente nos quedábamos en casa sino que también salíamos a bailar, a comer helados que era nuestra actividad favorita y a visitar los lugares más hermosos de Furtown. Sin embargo, el ultimo día llegó y con él ya se acababa el tiempo libre.

—El verano se terminó, chicos —dije mirando a cada uno de mis amigos, a mi novio y a mi hermano— Ya pronto nos toca volver a la universidad, amor.

—Sí, Thadeus. Sabes bien que yo por cuestiones laborales sólo tengo un mes de vacaciones, pero se lo que se siente. Ya pronto cada uno de ustedes debe volver a sus obligaciones —dijo mi novio.

—¿Por qué nos has traído aquí, Aurelius— pregunté sacando la cabeza por la ventana derecha de la limusina cuando nos detuvimos.

—La pregunta se responde por sí sola, querido Thadeus. —dijo él y añadió— Los traje porque quiero que vean los hermosos atardeceres que aquí se forman y recordar este maravilloso verano junto a ustedes, que han sido como mi familia aquí luego de tanto tiempo de vivir solo y han compartido conmigo momentos bonitos —respondió él tomando su cámara digital para tomar una foto.

Todos sonreímos con aquellas frases tiernas pronunciadas por él, alzando nuestras miradas al cielo y pudimos observar además los alrededores para caer en cuenta que estábamos en un bosque a las afueras de Furtown. El lugar era muy hermoso ya que tenía un lago amplio y cristalino, árboles frondosos que daban una ligera sensación de frescura y el viento jugaba con nuestros cabellos ya al caer el atardecer.

—Awww... Eres tan dulce mi amor —dije yo tomando su melena para plantarle un tierno beso que expresara mialegría tras estar con él— Te amo, leonzote.

—Y yo a ti, amor mío —dijo correspondiendo después a mi beso, esbozando una sonrisa satisfactoria y contemplando el paisaje natural que nos rodeaba.

Mientras mi novio y yo estábamos mimándonos el uno al otro, Angelo nos avisó la hora exacta para que pudiese observarse aquel atardecer que él quería que contempláramos todos los que llegamos.

—Dijeron que el sol se pondría a las 6:15 p.m. chicos. Y son las 6:00 p.m. —informaba Angelo al mirar su teléfono celular, con impaciencia porque quería que la puesta de sol llegara cuanto antes.

—Yo no quiero perderme esta hermosa puesta de sol. ¿No sería mejor salir de la limusina para poder apreciarla mejor? -sugirió mi hermano saliendo primero que los demás.

—Buena idea. ¡No te adelantes, Adrián! —gritaba Mercedes corriendo detrás de mi hermano lo más deprisa que podía para intentar alcanzarlo— Te he conocido durante el verano y eres pillo a veces.

—Jajaja, es muy aventajado —dije yo corriendo tras ellos— Miren, podemos tomar una maravillosa foto desde esa colina que allá se ve.

Todos salimos de la limusina con nuestros teléfonos celulares y fuimos corriendo hacia aquella colina, en la cual el sol se veía hermoso y resplandeciente a pesar de que iba descendiendo y era un momento justo para tomarle una foto a aquel paisaje.

—¡Llegué en el primer lugar! ¡Rawr! —rugía Adrián de alegría y ondeaba su cola feliz— ¡Que bueno!

—Jajaja, te recuerdo que hiciste trampa. Saliste primero que todos nosotros —reía Mercedes tras verlo y tocar su hombro— Por eso mismo dije que eras pillo.

—Parecen niños ustedes dos —dijo Angelo entre risas— Pero fui el tercero en llegar, que conste, jeje.

—Yo corrí junto con mi leoncito pero no tengo la culpa de que sus piernas sean cortas, jaja -sonreía Aurelius besándome las mejillas.

—¡Oye, que malo eres! —exclamé cruzando mis brazos y haciendo pucheros, para luego sentir como Aurelius rodeaba mis caderas con sus brazos e igual lo abrazaba fuertemente al darme vuelta— Eres malo pero me haces feliz, jeje.

—Jajaja, lo sé bebé... mmmmm... Mejor tomemos una foto grupal ¿no creen? No tomemos una foto del paisaje, seamos parte de él. Dejen ajusto todo y nos la tomamos —dijo Aurelius ajustando la cámara y colocando todos los accesorios que ella requería.

—¡De acuerdo, cuñado! Estoy de acuerdo contigo —exclamó Adrián feliz acomodándose para tomarse la foto junto a Angelo— Esta ha sido una excelente idea.

—Será una hermosa foto para despedir el verano —dijo Mercedes mientras buscaba el mejor lugar para posar y salir bien en la foto— Valió la pena estar con ustedes en este último día y en aquellos momentos que pude estar.

—Espero que sigamos disfrutando de este tiempo juntos, chicos —dijo Adrián tras estar listo para la foto— Me encantó haber pasado mi verano con ustedes.

—A mí igual me encantó que pasaras tiempo conmigo y te dieras cuenta de muchas cosas buenas, Adrián —dije yo acomodándome un poco hacia la derecha.

—A pesar de no haber estado todo el verano en Furtown, yo también me divertí mucho en los días que estuve con ustedes, chicos—dijo Angelo sonriendo para la foto— Especialmente estos últimos días.

Mi novio ya había terminado de colocar todo lo referente con su cámara y el tiempo de la foto había llegado. Podía observarse como el sol ya se iba ocultando detrás de nosotros mientras Aurelius tomaba su respectivo lugar.

—¡Todos digan verano! —exclamó él sonriente y feliz esperando por la foto para luego venir corriendo y acomodarse como pudo.

—¡Verano! —dijimos al unisono todos esperando que la cámara tomara la foto y nos avisara por medio de su flash.

Después de tomada la foto, fuimos a verla. Era una foto maravillosa en la cual se veía aquel ocaso con las personas que más amaba y cuyo verano hubiese querido que fuese interminable. Era como una segunda familia en la cual me agradaba estar y aunque el verano se había terminado, sabía que el recuerdo de aquellos momentos permanecerían tanto en mi memoria como en mi corazón.

El león de mi corazón [Furry/Bara] [TERMINADA]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon