Prólogo

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Ya no soy la misma, he cambiado. La vida está llena de enseñanzas, de obstáculos y de grandes baches que impiden que sigas tu camino. Y no voy a mentir, muchas veces he querido renunciar a esta vida tan caótica, tan agobiante... Pero pienso en la gente buena que me rodea y no les quiero hacer daño.

Día tras día tenía que soportar burlas de mis compañeros, sintiéndome vacía. Llegaba a mi casa sin ganas de nada, solo tenía fuerzas para llorar y alejarme del mundo exterior. Estaba sola en un mundo lleno de gente egoísta y efímera. No tenía el consuelo de nadie, solo de mi madre, que era la única que se preocupaba por mí.

Pasó esa época oscura de mi vida y aprendí que tenía que cambiar, dar un nuevo rumbo a mi vida. Saqué una personalidad un tanto peculiar, pues del enfado a la felicidad solo había un paso. Me sentía más fuerte, más humana.

Muchísimas decepciones me llevé en la adolescencia con la amistad. Piensas que son tus amigos y después te dejan sola cuando más lo necesitas. Es cierto que hice grandes amigos, que a día de hoy lo siguen siendo. Me quedo con los momentos buenos, esos pétalos que recogí llamándolos recuerdos.

La adolescencia es una montaña rusa, donde tienes que aprender diversas cosas que antes no sabías. Por suerte en esa etapa empecé a leer seriamente y descubrí el magnifico mundo de la lectura, y ya no me vi tan sola. También decidí crearme un blog, donde me podía desahogar a través de mis palabras. Estaba feliz viviendo así, tenía todo lo que quería.

Me fui de mi pueblo cuando cumplí la mayoría de edad. Quería estudiar algo relacionado con las letras, ya que quería ser escritora. Me fui a Madrid, a la capital. Bastante lejos de mi pueblo pero con muchas ganas de empezar mi nueva vida. Alquilé un apartamento, que no estaba mal para el uso que le iba a dar. Estaría allí escribiendo, estudiando y durmiendo, hacer una vida normal. No suelo ir de fiestas, soy más de quedarme en el apartamento leyendo y viendo alguna película. Todos los días hablaba con mis amigos por Skype y con mi familia me conformaba con una sola llamada.

A día de hoy he de decir que soy feliz viviendo con lo poco que tengo en la capital, me conformo muy rápido con las cosas. Pero no todo fue tan sencillo acomodarse a esta monótona vida. Costó mucho trabajo ponerme en contacto con editoriales que quisiesen mis historias. Me costó mucho hacer nuevas amistades e incluso buscar una buena carrera, la cual me decanté por Filología Hispánica. Y ahora, os contaré como son mis días en la capital.

Pétalos sueltos.Where stories live. Discover now