Vida después de la muerte.

I

¿Que somos después de todo?, Tal vez solamente somos un espacio en nuestro mundo, aveces nos limitamos a soñar y no creer en nosotros mismos ¿somos bastante fuertes en realidad? ¿Acaso el amor tiene el poder de cambiar lo qué somos? O mejor aún, ayudarnos a descubrir quien somos realmente...
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Daniel se dirigía hacia su escuela como cualquier niño esperanzado por un nuevo comienzo, comenzaba la primaria. Pero tuvo que soportar una gran noticia que lo hizo bastante fuerte y bastante débil a la misma vez.

Yo no comprendía lo que pasaba
—Mamá, ¿por que mi padre no regresa? - dije dudoso pues me extrañaba que mi padre demorara tanto en llegar a casa

Mi madre tiene un fuerte problema con las drogas, y yo siempre he sentido que ella jamás me quiso como merecía, pero en este momento lo que mas me importaba era saber por que mi padre no llegaba a casa.

–Hijo, yo se que es difícil para ti, pero tu padre... dijo interrumpiendo con sollozos sin poder decir mas.

–Mamá, ¿que le pasa a mi papi? -Tartamudeando con toda la preocupación de lo que temía

–El... lo siento hijo. - Huyó del lugar no sabiendo como dar esa fuerte noticia a Daniel.
Por fortuna el tenía a dos abuelos y una hermana menor, tenía familia además de su mamá.

Me acerque a mi abuelo que se encontraba en la misma habitación y me dispuse a preguntarle que es lo que pasaba y por que mi madre no pudo contármelo
–Abuelo, ¿que es lo que está pasando? dije confundido y temeroso

—A tu papi, en el transcurso de la carretera hacia casa se encontró con unos bellos ángeles que lo llevaron a dar un paseo por el cielo, y un día lo encontraremos nuevamente. El abuelo ya no podía contener el llanto y junto a la abuela lloró abrasando a mi pequeña hermana y a mi, nos teníamos entre nosotros, y eso era todo.

¿Que voy a hacer sin mi padre? Me pregunté a mi mismo llorando sin consolación, pues el hecho de no tenerlo mas me consumía en vida.

–Abuelo, por favor esto tiene que ser una mentira

Mi abuelo se quedo sin palabras solo lloro junto conmigo, pues el no esperaba a que su nieto pequeño comprendiera lo que pasaba y tomará la fuerte noticia con responsabilidad, mi abuelo sentía la perdida de su hijo el gran vacío en la casa, ese espacio lleno de soledad que no vuelve a llenar nadie jamás y yo estaba confundido y lleno de preguntas.

Pasó un día, un día largo lleno de tristeza y esperanza por que esa noticia no fuera real, pero... sin duda, era real. A lo lejos del rancho se ve llegar una camioneta negra. Pude sentir como mis ojos se iluminaron, mire como mis abuelos y mi madre se acercaban a ella con lentitud y no pude evitar salir corriendo hacia allá, esperando a recibir a mi padre con los brazos abiertos cuando unas personas con traje negro abrieron la parte de la cajuela y de ella sacan un ataúd color café, si, estaba muerto. Sentí un frío que recorrió mi espalda pero no era un frío cualquiera estaba seguro que mi padre estaba junto a mi, pero no volvería a ver a mi padre jamás, jamás tendría un consejo de mi viejo, ni sus regaños, ni sus abrazos que tanto hacen falta.
Fue un golpe muy duro para todos en el rancho y el pequeño pueblo donde se encontraba ya que mi padre era muy querido por todos, pues el ayudaba a los conocidos de los alrededores.

Mis tíos, primos y conocidos fueron llegando poco a poco a velar a mi padre. No tarde mucho en ver a toda la familia reunida y entre los llantos de mis familiares fui fuerte y me decidí

–Abuelos, les prometo que nunca les va a hacer falta nada, ni a mi madre, aun que se que ella hubiera deseado jamas tenerme me voy a convertir en mi padre para ustedes el sigue aquí y soy yo. Dije entre llantos con seguridad de mis palabras.

Por mas duro que fuera ver el cuerpo de mi padre encerrado en una caja de madera no podía hacer nada para retroceder el tiempo ni detenerlo...continuaron los días, los años, entre mas pasaba el tiempo mas dolía aquel vacío que dejo mi padre al morir en aquel trágico accidente automovilístico.