XIII

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–Difícilmente puedo decírtelo. Se que estoy mal pero verdaderamente no logro encontrar las palabras adecuadas. Una lagrima calló por su mejilla al finalizar sus palabras

–Ven pequeña. La abrasé y seque las delicadas gotas de cristal que caían continuamente. A tu lado no tengo miedo de nada ¿sabes? y voy a saber tomar lo que me digas. Pero no era así, realmente le tenía miedo a lo que se aproximaba. Lloró a más no poder y se separo de mi

–De la misma manera que yo cuentas con un don. Pero tu en el llevas un gran problema, puedes morir. Agache la cabeza y me congelé totalmente, todos mis sueños se van a terminar sin haber tenido un comienzo. Tengo miedo, empiezo a sudar frío y no hago más que quedarme quieto mientras mil cosas pasan por mi cabeza. Tomó mi mano –Se como terminar con esto ¿confías en mis palabras? Intenté disimular lo mal que me sentía

–Preciosa, confió en ti plenamente. Mordió su labio inferior y me miro con preocupación

–Tienes que hablar con tu padre de alguna manera. El ha estado a tu lado siempre, pero tu te aferras a su muerte, Brown, los seres queridos nunca mueren. Y ahora que sabes la verdad sobre eso intenta hablar con el, pues te podrá ayudar. Me encogí de hombros con la boca un poco abierta

–Yo no se hacer eso. Siempre he querido tener contacto con el de alguna manera y lo único que he podido lograr, lo único que logro...es atraer seres malignos, me persiguen con facilidad como si fuera un objeto atrayente para ellos. Negó con la cabeza y los ojos cerrados

–Al querer hablar con el, no es fácil. Tu te transportes al mismísimo mundo de los muertos, pero primero te encuentras con las almas desesperadas, tienes que tener una visión más allá por que aun que no lo quieras ver tu padre siempre esta a tu lado. Sonreí de lado

–Si el no está muerto ¿porque no se revela más conmigo? Levanto una ceja y tomo mi hombro

–Es un proceso, debes pedir verlo con el corazón no solo con los ojos. Sonreí al saber que si había posibilidad de ver a mi padre, la abracé –Tienes que tener cuidado, cuando entras ahí, tienes solo veinticuatro horas para proteger tu cuerpo, que ningún espíritu malo lo pueda obtener por que no podrás volver ¿entiendes? no quiero perderte. Mire sus labios, se me antojaba tanto besarla

–Pero, ¿como voy a saber hacerlo? Sonrió y sus ojos reflejaban honestidad

–Tu vas a saber hacerlo, será cuando sientas que te persiguen, cuídate para mi ¿si? La besé, definitivamente lo hice, sin pensarlo, sin dudarlo, ¡lo hice! Sus suaves y delicados labios estaban sobre los míos, me correspondió y es un momento que no puedo creer. Parece un sueño, si lo es tengo que despertar. Tomó mis hombros y yo su barbilla, acaricié su rostro y poco a poco la sentía mas entregada a mis besos, la sentía mas mía. Se separó, me miró a los ojos y sin habla solo sonrió.

–¿Quieres ser mi novia? Eres la chica qué se ha robado mi corazón desde el momento en que te vi, no quiero arriesgarme a estar sin ti.
le clave la pregunta justo al terminar el beso, me abrazó fuertemente y me comenzó a dar muchos besos pequeños y repetidos, sonrió

–Si. Créeme que siento tanto amor por ti en tan solo un mes, siento necesidad de ti, te quiero siempre para mi. Sin titubear la niña mas hermosa había aceptado ser mi novia y yo solo pude sonreír ante la situación. Me levante de aquella banca, la cargue y comencé a girar sacándole mil sonrisas, la bajé y sus labios volvieron a juntarse con los míos, este veintisiete de octubre del del dos mil trece es el mejor día de mi vida, conozco el cielo en vida.

Caminamos de la mano hasta aquel salón y la bulla de los compañeros no se detenía, somos la única pareja del salón y por ende sabía que esto no iba a parar fácilmente pero no importaba, al menos a mi no. Deslice mi mirada a ella y estaba roja como un tómate maduro, la abracé y tomamos asiento, uno enseguida de otro. La segunda clase había comenzado, pues la primera la habíamos pasado platicando juntos.

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Al salir de clases no pude evitar esquivar las miradas fuertes de Francisco...lo había dejado solo todo el día pero ya ni eso me importaba, de su mano me siento poderoso, me despedí de mi princesa con un beso en la frente, y ella sonreía con muchos ánimos, me siento poderoso al hacerla feliz, en verdad me encanta estar a su lado

Vida después de la muerte.Where stories live. Discover now