TIENES LA MITAD DE NUESTRO PODER Y YO TENGO LA OTRA.......
Cuando Sky ve por primera vez a Zed, el chico malo de su nueva escuela, ya no puede quitárselo de la cabeza. Él le habla con sus pensamientos, lee su mente. Las sombras de su pasado la atorm...
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Después de tres meses de haber comenzado las clases, la escuela resultó ser en general bastante divertida dejando de lado esa extraña sensación que quedó después de la advertencia de Zed- ¿En que andaba ese chico? ¿Qué creía haber visto? ¿Y qué tendría que ver eso con que yo no saliera de noche? Lo último que necesitaba era que un chico malo demostrara un interés enfermizo por mí.
Traté de apartarlo de mis pensamientos ya que estaban sucediendo muchas cosas. Tuve algunos momentos feos con unos alumnos que se burlaron de mi acento e ignorancia sobre las costumbres del país, pero, a grandes rasgos, la vida no estaba mal. en la clase de estudios sociales, tenía unas compañeras a las que yo llamaba "las Vampiras" debido a su preferencia por las uñas color rojo sangre, entre las cuales se encontraba Sheena, la porrista. Un día, para hacerme una broma, me robaron la tarjeta magnética de la escuela, cuando me escucharon quejándome a Tina de lo mal que había salido en la foto. Lamentablemente, cuando las Draculitas la vieron, estuvieron de acuerdo conmigo y me bautizaron "la conejita rubia", lo cual me resultó enervante. Tina me aconsejo que las ignorara argumentando que, si armaba un gran revuelo, no haría más que ayudar a que el apodo se propagase. De modo que me mordí la lengua y mantuve la tarjeta de identificación escondida a toda hora.
-La semana que viene tenemos que hacer alguna actividad deportiva y nuestro año puede elegir rafting -me explicó Nelson un viernes por la tarde, mientras me acompañaba a casa. Iba a lo de su abuela para arreglarle la máquina de cortar el césped-. ¿Quieres venir?
-¿Rafting? ¿Hay que construir una balsa? -fruncí la nariz al imaginarme a Robinson Crusoe atando troncos de árbol.
-Sky, no somos Boy Scauts -respondió con una carcajada-. No, estoy hablando de los rápidos del Río Eyrie, alto riesgo y gran descarga de adrenalina. Imagínate un bote inflable con espacio para seis o siete personas. Uno atrás en el timón y el resto sentados a los costados con los remos, aferrándonos a duras penas mientras nos sumergimos en los rápidos. Si quieres ser una de nosotros, tienes que intentarlo.
Guau, quedaba claro que la escuela norteamericano no tenía nada que ver con mi colegio inglés: esto era inabarcable. Podía ver las imágenes atravesando mi mente: descendía hábilmente por un río espumoso, salvaba al niño/perro/hombre herido mientras la música aumentaba hasta niveles ensordecedores, las cuerdas poderosas, la tensión insoportable...
Sí, exacto.
-¿Tienen un nivel para principiantes?
-No, te vamos a mandar a los rápidos más peligrosos salvavidas y sin manual -Nelson rio ante mi expresión de terror-. por supuesto que hay payasa. Te va a encantar.
Yo podía hacerlo: empezar de a poco y, una vez que dominara la cuestión, recibirme de campeona de rafting.
-Está bien. ¿Necesito algún equipo especial?
-No, solo ponte ropa vieja. Sky, ¿no podrías preguntarle a Tina si le gustaría venir en nuestro grupo?
Al instante, mis sospechas entraron en estado de alerta.
