Parte II

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La carrera había resultado mejor de lo que lo habían planeado, el carro que Tyson había hecho era asombroso, mientras Percy conducía, Nico se encargó de mantener a todos alejados, incluso cuando Leo y su hermano trataron de acercárseles, Nico con un movimiento de la mano abrió una zanja que impidió el paso del carro, fue así que Percy y él ganaron la carrera. Nadie pudo ganarles a los hijos de Poseidón y Hades, eso quedó claro, incluso para el señor D, quién no se mostró feliz a la hora de anunciarlos como vencedores.

Al atardecer Percy lo llevó a la cabaña 3 a celebrar la victoria, Nico se quedó sorprendido cuando vio que iban a cenar hamburguesas y papas de Mc Donald’s, Percy le explicó que había pedido a los Stoll que las consiguieran.

-Ya entiendo porque te gustan tanto esas cosas, sí que son para levantar a los muertos.

Nico sólo se ruborizó un poco, su época de andar convocando muertos había sido historia, como los sentimientos hostiles para Percy, por desgracia ahora estaban las mariposas en su estómago cada que pasaba un rato con el hijo del dios del mar Percy, Don Perfecto Jackson. Cuando terminaron de celebrar ya era demasiado tarde para que Nico fuera a su cabaña sin ser devorado por las arpías, por lo que Percy le dio la cama de Tyson para que durmiera.  Se fueron a acostar, pero ninguno podía dormir, había sido un día lleno de emociones para ambos.

-Esto es como una pijamada, ¿no crees Nico?

-No seas ridículo.

-Vamos, después del día de hoy no puedes molestarte, ya sé, vamos a jugar verdad o reto.

Ese fue el momento en donde Nico casi salta por la ventana, nunca había estado en una pijamada pero sabía de qué iba ese juego. Era demasiado peligroso.

-No seas infantil Jackson, mejor duer-me-te.

Sin avisar Percy se lanzó sobre la cama de Nico y lo inmovilizó en menos de 3 segundos.

-Vamos a jugar, no seas amargado. Estamos en confianza, ¿no?

-¡NO ME TOQUES! ¡NO ME TOQUES! Nico comenzó a moverse como si estuviera poseído.

-Jajajajaja Nico, no es para tanto. Ve ya me quito.

Normalmente Nico odiaba el contacto humano, hasta con Jason había sido difícil mantenerlo a raya por su manía de abrazarlo constantemente, pero Percy era otra cosa.

-¿Verdad o reto?

-Que no quiero jugar a eso Percy, ya madura.

-Ok, reto. TE RETO A...tomarte tres latas de coca seguidas. ¿O eres débil para intentarlo?

El orgullo de Nico siempre lo había metido en problemas, como en este caso, así que en menos de lo que se había dado cuenta ya se había terminado las tres latas de Coca-Cola.

-Mi turno, ¿Verdad o reto?

Las siguientes dos horas fueron de retos que empezaron como inocentes hasta rayar en lo ridículo. Cuando se les terminaron las ideas ya estaban cansados y adoloridos, por lo que terminaron acostados en la cama de Percy.

-Creo que ahora van las verdades

-Ya estoy cansado Percy

-No, no, vamos, pregúntame algo, lo que tú quieras.

-¿Por qué te gusta el pastel azul?

-Esa es fácil, es mi color favorito y mi mamá siempre lo prepara en ocasiones especiales. Mi turno, ¿por qué no te quedas más tiempo en el campamento?

-Sabes que soy el encargado de las relaciones internacionales entre los vivos y el inframundo, cuando mi padre me lo pide vengo a hacer algunas cosas y luego regreso.

-Sí, pero ¿por qué? No  me digas que prefieres estar allá abajo en lugar de estar aquí.

-No tengo opción.

-Claro que sí, podrías quedarte, incluso podrías ir a Nueva York conmigo, mi mamá y Paul. Podrías ir a la escuela.

-Me lo dice el semidiós que no quiere ir a la universidad con su novia.

Estaba hecho Nico había pasado el límite, pero no podía retractarse. Percy se quedó callado un momento, por lo que Nico comenzó a dormirse.

-Me da miedo ir a la universidad, nunca he sido bueno en la escuela. Pero estábamos hablando de ti, ¿por qué no lo intentas?

-Es una pérdida de tiempo

-Vamos, perteneces a este mundo a pesar de que lo niegues.

-En serio estas ciego Jackson, por si no te das cuenta en todo este tiempo que estado en la tierra, sólo he tenido a dos personas, además de Bianca que se preocupan por mí: Jason y Hazel.

-¿Y yo? Me importas mucho Nico, en verdad. Hemos tenido nuestras altas y bajas, pero en verdad te aprecio, creí que sabías que puedes contar conmigo para lo que sea.

Nico se giró para que Percy no lo viera llorar, ¿por qué tenía que ser todo tan complicado? Cuando menos se lo esperó Nico se quedó dormido. Al despertar Percy ya se había ido, para variar era medio día. Se levantó y se dirigió a su cabaña, cuando escuchó que Percy lo llamaba. 

-Buenos días solecito, ¿estás listo para la aventura de hoy?

Nico se maldijo a sí mismo por no oponer resistencia y aceptar inmediatamente sin siquiera preguntar de qué se trataba el asunto. Al parecer Percy se había auto nombrado su instructor de natación, lo que tenía pros y contras. Después de que Nico se cambiara para nadar, Percy lo arrastró al agua, todo el tiempo se mantuvo cerca para que Nico se tranquilizara, trató de enseñarle a nadar pero cada que lo tocaba Nico volvía a hundirse. Después de una hora Nico ya podía flotar por su cuenta, por lo que Percy trató de enseñarle a trasladarse en el agua. Eso era otro problema, ya que parecía que el agua no lo dejaba avanzar, esto cortesía de su querido tío el dios del mar. Al final, Percy se dio por vencido, no pudo hacer que Nico nadara más de 5 metros, se disculpó miles de veces en nombre de su padre pero a Nico eso le tenía sin cuidado, al menos no se había ahogado. Al llegar a la orilla Percy le pasó una toalla a Nico, mientras él simplemente se ponía una playera, al parecer ser Percy Jackson incluía no mojarse, ojalá pudiera tener un poder así.

De regreso a las cabañas unas hijas de afrodita pasaron arrojando confeti en forma de corazón, cuando se dio cuenta que dentro de cada corazón había un pequeño Cupido dibujado Nico casi quema el confeti. Comenzó a sacudírselo con tanta insistencia que Percy se le quedó viendo.

-Vamos Nico, no es para tanto. Es sólo confeti.

-No me gusta

-Pero si no te hizo nada, es como si estuvieras peleado con el pobre Cupido.

-¡No lo menciones!

Nico podría ser el Rey de los Fantasmas, pero tenía cierto pavor a Cupido, jamás olvidaría lo que el infeliz le había hecho. Esa humillación nunca la olvidaría. A pesar de que había sido un buen día se fue enojado a su cabaña sin ir a cenar, Bianca ya se lo había dicho pero Nico no podía hacer a un lado su defecto fatídico: el rencor, y en verdad sentía un gran rencor hacia el dios del amor.

El ascenso y caída de Nico di AngeloHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin