—¡Tenía años que no me reía de esa manera! — gritó el pelirosa todavía exaltado de lo que acababa de vivir.
—¡Lo sé yo tampoco! — contestó de igual manera el castaño. — Que mal que no lo grabamos, hubiera sido muy divertido volverlo a ver. —comentó un poco más calmado, volteando a ver a su mejor amigo.
— ¿Cuál fue tu parte favorita? ¿La broma o la huida o que el perro casi nos muerde? — Preguntó sonriendo ampliamente haciendo que sus ojos casi se notaran. Tyler observó a su amigo, su sudadera verde militar impecable no como la suya amarilla toda sucia después de haberse caído mientras corrían, igual miró sus perforaciones en las orejas, lo miraba analizando cada detalle como si lo acabara de conocer; no supo cuanto tiempo lo vio porque su amigo le repitió las preguntas.
—Creo que mi parte favorita es estar aquí contigo sentados en el tejado riéndonos hasta morir. — Eso era lo mejor del día para Tyler, no fue el hecho de que hubieran envuelto el auto del vecino odioso de Josh en plástico transparente, ni que tuvieron que correr a máxima velocidad siendo perseguidos por él, su novio y su perro.
Lo mejor para Tyler fue estar sentado en el tejado de su casa a media noche riendo con la persona que más amaba en su corta vida: Joshua Dun.
— Lo sé, creo que la mía es la misma. —Interrumpieron las miradas y observaron las estrellas al mismo tiempo. — ¿Sabes, Ty? Apuesto que ni en todo el universo hay alguien que me haga sentir como tú lo haces. Ni los aliens que obviamente existen son tan geniales como tú.
Tyler se sonrojó violentamente pero no quería observarlo porque probablemente perdería el control de sí mismo.
— Y pensar que cuando nos conocimos nos odiábamos a muerte. —Comenta Tyler recordando esos momentos.
Los dos suspiraron al mismo tiempo sacándoles otra sonrisa y una mirada.
