Capítulo 8

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Me acerque a toda velocidad hacia aquella ventana, pero justo cuando parecía que estaba a punto de alcanzarla esta se alejaba mas.

De pronto un viento fuerte soplo desde la ventana haciéndome retroceder, y en un instante la ventana desapareció.

Yo aparecí nuevamente junto al lago, pero ahora la escena era completamente diferente, el lago estaba casi seco, los árboles y el pasto marchito. Todo estaba en pésimo estado.

Entonces mire mis alas, estas se habían convertido en flores blancas que se marchitaban y caían, luego desaparecían.

La paloma de hace unos instantes comenzó a revolotear a mi alrededor. De nuevo un temblor.

El piso se agrieto, y surgió una casa, la reconocí al instante, era la casa en la que viví antes de la muerte de mi madre.

Dudaba sobre si debía acercarme, pero al ver que la paloma me esperaba frente a la puerta de la casa, no lo pensé mas y entre.

Todo estaba oscuro, solo escuchaba el revolotear de la paloma.

De pronto, pareció que cayo un relámpago y todo el lugar se ilumino.

Era exactamente igual a como lo recordaba.

Entre en cada habitación, la sala, la cocina, el comedor ,el estudio de mi padre y finalmente llegue a las escaleras que conducían al segundo piso.

Ante la idea de subir mi corazón se acelero, se acelero tanto que podía escucharlo, sentí que se me saldría del pecho.

Con cautela comencé a subir, con cada paso mi pulso aumentaba.

Al llegar a la mitad de la escalera escuche voces, parecía una discusión. Ambas voces me parecían conocidas, pero realmente solo reconocí una, era la voz de mi madre.

Subí a toda prisa los escalones que me faltaban y corrí hacia donde  provenían  las voces.

Me detuve frente a la habitación de mis padres, la discusión se detuvo, las voces cesaron.

Coloque mi mano en la perilla, trague saliva y justo cuando estaba a punto de abrir, un ruido a mis espaldas llamo mi atención.

Era la puerta de mi antigua habitación que se abría de par en par.

Me aleje de la puerta de mis padres y me acerque lentamente a mi habitación.

Dude sobre entrar, pero al final lo hice.

Todo estaba igual que la ultima vez que estuve ahí.

Comencé a revisar cada parte de mi habitación. De pronto se escucharon unos pasos, se dirigían a mi habitación.

Era mi madre, venia tomada de la mano de una niña que reconocí, era yo.

Al ver esa escena mi cabeza me comenzó a doler mucho. Todo comenzó a darme vueltas, cerré los ojos.

Cuando los abrí, yo era niña de nuevo. Mi madre estaba frente a mi, me invadieron las ganas de llorar y no pude contenerme.

Mis lágrimas comenzaron a caer. Mi madre las limpio gentilmente y me sonrió.

-Todo estará bien- me susurro mientras me abrazaba.

De pronto, se escucho un portazo y el semblante de mi madre cambio, supe que algo no andaba bien.

Mi madre me tomo por los hombros y me miro fijamente.

-Escondete bajo la cama, y pase lo que pase no salgas hasta que yo venga por ti- yo solo asentí.

No mires por la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora