Capitulo 9

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Me quede inmóvil, viendo como mi madre salía de la habitación. Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin control, algo no estaba bien. Tenía un mal presentimiento, dentro de mi sabia lo que sucedería.

Contra mi voluntad mi cuerpo se movió y termine escondida bajo la cama.

Recuerdo que cuando hacia alguna travesura siempre me escondía aquí, podía durar horas metida bajo la cama. Y cuando mi madre olvidaba su enojo, Dilara, venia a buscarme.

¿Dilara? ¿Quien es Dilara?

De pronto sentí como si una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo, desde la punta de mi pie hasta mi cerebro.

Dilara es mi hermana.

Inmediatamente escuche unos pasos dirigirse a mi habitación.

-¡Espera! ¡Las cosas no son así! ¡Tienes que creerme!- escuche a mi madre gritar del otro lado de mi puerta.

Algo me decía que no intentará salir, debía mantenerme oculta.

De pronto la puerta se abrió de golpe, un par de zapatos negros comenzaron a recorrer mi habitación, no tengo idea de quien era, pero estaba furioso. Salio de mi habitación azotando la puerta.

-¡¡DONDE ESTA!!- le grito a mi madre.

-Ella no tiene nada que ver- dijo mi madre. Se refería a mi.

Escuche un golpe seguido de varios más y gritos de mi madre suplicándole que se detuviera.

Los gritos y los golpes fueron haciéndose mas lejanos, hasta desaparecer. No se cuanto tiempo estuve debajo de la cama, temblando de miedo.

Por algún motivo me sentía culpable.

De pronto la puerta se abrió de nuevo, un par de zapatos blancos se acercaron a mi. Alguien se inquilino a ver debajo de la cama. Una niña sin rostro.

Cerré los ojos deseando que todo fuera una pesadilla. Pero cuando los abrí ahí seguía ella.

De nuevo esa sensación de electricidad recorriendo mi cuerpo.

Ahora la chica tenia rostro, uno muy parecido al mio. Pero sus ojos eran azules.

Es cierto ella tiene los ojos de mamá.

La recordé instantáneamente. Recordé todo lo que viví con ella. Eso de ser hija única siempre fue una mentira, siempre.

-Nora- dijo la chica frente a mi -no es buen momento para salir, quedate en esta habitación y pase lo que pase no salgas-

-Pero Dilara ¿que harás tu?- pregunté.

-Iré ha ayudar a mamá- dijo mientras cerraba la puerta.

Salí rápidamente de mi escondite e intente abrir la puerta, estaba cerrada con llave.

La desesperación me invadía, sentía que debía hacer algo, pero no sabia que, ni por que. Pero si no hacia algo pronto pasarían cosas malas.

Entonces escuche un ruido a mis espaldas. Me gire.

Era la ventana de mi habitación, el viento la había abierto, solo la cubría una cortina.

Me acerque lentamente.

Escuchaba miles de voces al mismo tiempo, todas repitiendo lo mismo:
No mires por la ventana.

Pero esta vez nada me detenía.

No mires por la ventanaWhere stories live. Discover now